China, Irán y Rusia comenzaron a desarrollar este viernes los ejercicios navales conjuntos que tenían programados, en medio de agudizadas tensiones entre Teherán y Estados Unidos en la región. Son las primeras maniobras trilaterales de este tipo.
Por: Infobae
El simulacro empezó en el puerto de Chahbahar, en el Golfo de Omán. Se extenderán durante cuatro días y abarcará distintos puntos del Océano Índico.
El Mar de Omán es una vía fluvial particularmente sensible ya que conecta con el Estrecho de Ormuz, por el que pasa alrededor de una quinta parte del petróleo del mundo, que a su vez conecta con el Golfo Pérsico. Hay un antecedente: en 2017, Irán realizó un ejercicio naval con China en el estrecho.
China envió al Xining, un destructor de misiles guiados, dijo el portavoz del ministerio de Defensa, Wu Qian, en una sesión informativa mensual. “Es un intercambio militar normal”, dijo el funcionario. “No está necesariamente conectado con la situación regional”, agregó, sin dar más detalles.
Lo cierto es que el régimen iraní intenta aumentar la cooperación militar con Beijing y Moscú, mientras resiste las sanciones económicas sin precedentes de Washington. Representantes navales rusos y chinos han visitado frecuentemente Irán en los últimos años.
El vocero militar iraní, general Abolfazl Shekarchi, dijo que las maniobras conjuntas, que buscan promover la seguridad regional. Se considera que el ejercicio es una respuesta a recientes maniobras estadounidenses con su aliado regional Arabia Saudita, en las que también participó China.
En medio de la escalada de las tensiones en el Golfo Pérsico, que incluyeron ataques a buques petroleros y un ataque con misiles y drones a la industria petrolera saudita, Estados Unidos ha enviado efectivos militares a la región e instalado misiles en Arabia Saudita.
Washington alega que Irán realizó el ataque en septiembre a la mayor procesadora de petróleo del reino y a un yacimiento petrolero, lo que provocó el mayor aumento de los precios de crudo desde la Guerra del Golfo en 1991. Los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron el ataque, pero Riad dijo que fue “patrocinado indudablemente por Irán”.
Irán lo niega, y dice que cualquier represalia desembocará en una “guerra campal”. Además, ha empezado a enriquecer uranio más allá de lo que permite su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, del que Washington se retiró unilateralmente hace más de un año.
Por su parte, China tiene estrechos lazos diplomáticos, comerciales y energéticos con Irán. Pero también tiene buenas relaciones con Arabia Saudita, lo que significa que desde hace tiempo ha tenido que pisar una fina línea en una parte del mundo donde tradicionalmente ha ejercido mucha menos influencia que Estados Unidos, Rusia, Francia o Reino Unido.
Es probable que el presidente chino Xi Jinping visite Riad el próximo año, ya que es el anfitrión de la cumbre del G20 en 2020.