Han sido días intensos, pero el presidente encargado y jefe del Parlamento Juan Guaidó sigue dando la batalla para no dejarse arrebatar la única institución electa legítimamente por los venezolanos: la Asamblea Nacional. Aunque sabe que cuando así lo desee Nicolás Maduro se hará con el control físico de sus instalaciones, él seguirá legislando desde cualquier otro lugar porque tiene la mayoría de la Cámara. A un año de su toma de juramento, el líder de la oposición no ha podido aún lograr el respaldo de las Fuerzas Armadas para romper definitivamente la dictadura de Maduro, pero ha conseguido una segunda oportunidad para que su plan funcione. Juan Guaidó, junto a cien diputados del bloque opositor, no escatima esfuerzos para que en este último año de legislatura Venezuela logre derribar los muros de la dictadura. En entrevista telefónica con ABC, el líder del Parlamento venezolano analiza los últimos acontecimientos.
Por Gabriela Ponte / abc.es
-¿Qué sucedió el 5 de enero?
-Hubo una militarización del Palacio Legislativo, los organismos represivos de la dictadura impidieron el acceso a los diputados y establecieron cinco cercos de seguridad bien violentos en el sentido tanto físico como verbal. Tenían listas para ver quién podía entrar y quién, cuando eso había sido determinado en las urnas por el pueblo de Venezuela. Hicimos todo lo posible para entrar, incluso saltando verjas, pero ante la imposibilidad física, por la complicidad de la dictadura con algunos diputados acusados de recibir sobornos, tuvimos que legislar desde el diario El Nacional. Era la única alternativa para poder llevar a cabo la sesión como dicta la Constitución con el «quorum» necesario, y levantar las actas. Logramos realizar el acto pese a los atropellos de Maduro.
-¿Estaban preparados para la decisión del chavismo de tomar juramento a Luis Parra?
-Sí. Sabíamos que ellos iban a intentar tomar la Asamblea Nacional e imponer una junta directiva falsa y por eso hicimos todo lo posible para instalar como se debe la sesión del Parlamento. Ya lo había denunciado el diputado José Guerra con la compra de votos del chavismo en la llamada operación Alacrán. Hay nuevos testimonios ahora, como el del diputado suplente José Hernández al que ofrecieron 700.000 dólares para votar en mi contra. Usaron la palabra «neutralizar» a su rival principal, que suponemos se podía referir tanto a la desaparición física, como a inhabilitarlo o allanarle su inmunidad parlamentaria para que no pudiera asistir a la sesión. También lo hicieron con Luis Stefanelli, Carlos Lozano, Leandro Domínguez, etc.
-¿Cómo van actuar ahora con esta bicefalia de la Cámara?
-No hay ninguna bicefalia de la Cámara. Hay una pretensión de la dictadura de tomar físicamente la Asamblea como lo intentaron el pasado miércoles. Hay unos diputados usurpando funciones porque más de 50 países que me reconocieron ahora han reconocido la instalación legítima de la nueva Junta Directiva como el Grupo de Lima, Alemania, Austria o Gran Bretaña. No hay dos parlamentos, lo que hay es una dictadura que está tratando de destruir el Parlamento desde el 2015 cuando nombraron a un ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia o cuando en el 2016 declararon en desacato a tres diputados electos. O cuando persiguen y encarcelan a Juan Requesens y a Gilber Caro. Nosotros vamos a tratar de seguir funcionando desde la Asamblea Nacional pero tenemos claro que la dictadura no tiene ningún pudor.
-Vimos cómo en los dos eventos importantes de esta semana (5 y 8 de enero) la Guardia Nacional sigue del lado de Nicolás Maduro. ¿Sin ellos es imposible la transición?
-Sin duda. Hay que insistir en las Fuerzas Armadas. El miércoles vimos una metáfora perfecta de cómo unos pocos sostienen a la dictadura en el caso de la puerta del hemiciclo que logramos abrir. Todo el pueblo de Venezuela intenta abrir las puertas de la democracia. Tenemos que lograr con presión que los pocos que sostienen a Maduro permitan la libertad de Venezuela.
-¿Esa presión cómo va a ser? ¿Hay una nueva estrategia para este año?
-Los mecanismos de presión son históricamente los que tenemos a mano como la protesta, la huelga, las manifestaciones, la agitación social y las giras por el país para poder atraer gente. La presión internacional también cobra vida en estos momentos. Hay que ser ágiles y audaces en la puesta en práctica. Tenemos que ver si el próximo martes nos podemos ver todos en el centro de la capital, si se convoca una gran manifestación, o si se hace una gran toma de Caracas desde los estados. Esto es parte de lo que estamos analizando ahora para facilitar la transición.
-¿Los tres pasos se van a seguir manteniendo: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres?
-Los tres pasos cumplen un papel clave. Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con ellos y abrir las puertas a la democracia.
-Para finales de este año los venezolanos están llamados a votar para elegir a los diputados del próximo periodo de la Asamblea Nacional (2021-2026) ¿se plantean asistir a unas elecciones legislativas con Maduro?
-En este momento no hay escenario electoral porque no hay condiciones. Parte de nuestra lucha es lograr condiciones para hacer unas elecciones presidenciales libres. Pero la dictadura va en contrasentido absoluto. Ha sido imposible nombrar un Consejo Nacional Electoral concertado. Entre las condiciones fundamentales necesitamos un árbitro electoral creíble. Además del derecho a elegir y ser elegido: no puede haber partidos políticos ilegalizados o inhabilitados.
-Uno de sus primeros anuncios ha sido apartarse de Voluntad Popular para poder ejercer libremente las funciones como presidente interino, ¿no eran compatibles?
-Me relevé de la militancia. Fue una decisión que había tomado hace tiempo, pero no lo había manifestado públicamente. Tomé la decisión para fortalecer la institucionalidad de la presidencia encargada.
-¿Qué opina de ello Leopoldo López?
-La aceptó sin problemas.
-Hizo un llamamiento a la calle para este fin de semana. ¿Cree que la gente le acompañará?
-Yo tengo la certeza de que los venezolanos van a salir a protestar y exigir. Las protestas son parte de lo que hicimos el año pasado. La censura en Venezuela es brutal y parte de estas actividades consiste en difundir el mensaje. Los canales nacionales no han trasmitido lo que sucedió estos días porque la dictadura no lo permite.
-¿Qué va a ser diferente esta vez?
-Vamos a empujar la puerta todos juntos en la misma dirección. Vamos a fortalecer la unión de todos los sectores de la sociedad para lograr las mínimas condiciones para traer la democracia y el cambio. Hay que mejorar las formas de protestar para garantizar la seguridad de la gente.
-Va a nombrar estos días a nuevos embajadores, ¿Quién será el encargado de la legación de Colombia?
-Estoy evaluando algunos perfiles. Recuerde que la mayoría de nuestros embajadores trabajan «ad honorem» debido a que el gobierno encargado no dispone de recursos.
-México y Argentina se han distanciado del Gobierno de Venezuela tras lo sucedido…
-Es que fue una respuesta salvaje de la dictadura. El miércoles incluso no permitieron la entrada del cuerpo diplomático y los colectivos chavistas robaron a dos embajadores (al encargado de negocios del Reino Unido y al de Italia) en la puerta del hemiciclo.
-En la agenda internacional el foco está ahora en el conflicto de EE.UU. con Irán. ¿Se siente más abandonado por la comunidad internacional?
-No. Se ha ratificado el respaldo de la región y por supuesto de Estados Unidos. Hablé con el vicepresidente Mike Pence y me notificó que tenemos su apoyo, respaldo y la determinación de EE.UU. para resolver la crisis de Venezuela.