A sus 93 años de edad, no es raro que distintos achaques y problemas de salud estén saltando a la vista. De hecho, durante el más reciente servicio religioso al que acudió la Reina Isabel, surgió la sospecha de que podría estarse quedando sorda.
Por Bonita Haro / Soy Carmín
Aunque la Reina Isabel siempre se ha mostrado fuerte, enérgica y estable, a pesar de su avanzada edad, lo que la ha ayudado a cumplir todos los compromisos que tiene pactados; algunos signos de la edad y de su deteriorada salud van siendo cada vez más evidente.
Quizás a eso se deba su decisión de dejar el trono real, y de sucederla a su hijo, el príncipe de Gales, Carlos.
Y es que, el pasado domingo por la mañana, cuando asistía al servicio religioso en Sandringham, se le pudo apreciar en su oído un aparato auditivo color rojo y marrón, que, aunque era lo más discreto posible, no pudo escapar de las miradas curiosas de la gente.
De hecho, el Príncipe Felipe ya utiliza también aparatos auditivos desde hace años, aunque él no se cuida tanto de que sean muy evidentes.
Ese día, la Reina Isabel llegó a Misa en la Iglesia St. Mary Magdalene, y se detuvo unos breves instantes a saludar a los curiosos que se dieron cita en el lugar para ver a la monarca. Más tarde, tendría la reunión con su familia, donde determinarían la situación de los Duques de Sussex, Meghan Markle y Príncipe Harry, luego de haber renunciado a sus títulos mayores.