Durante la campaña presidencial de 1998, el candidato Hugo Chávez, quien se estrenaba en la manipulación mediática de las masas, con guía y orientación de Fidel Castro del cual recibía consejos desde 1994, sacó a relucir un tema que avivaba las luchas sociales contra la gerencia de Petróleos de Venezuela, PDVSA, siempre regida por la meritocracia: las “colitas” o vuelos gratis en los aviones de PDVSA.
Altisonante y enarbolando una lucha de igualdad y justicia, Hugo Chávez prometió reiteradamente que vendería los aviones para acabar con estas supuestas prácticas corruptas de las cúpulas petroleras.
Luego ya elegido Presidente y parado ante las cámaras de televisión y con algunos de estos aviones de fondo, dijo que vendería los 23 aviones recaudando unos 15.000 millones de bolívares para construir preescolares y ambulatorios para todos los venezolanos.
Pasó el resto del año hablando de ello para luego, en un acto del 14 de septiembre de 1999, trajeado y encorbatado, Chávez anunciaba la venta de ocho aviones por un precio de 2.554 millones de bolívares. Mostró una copia gigante del cheque que sería entregado al Fondo Único Social. Todo un show mediático.
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