Manifestantes antigubernamentales reanudaron su protestas en Irak este lunes, tratando de reavivar su movimiento tras un ataque con cohetes contra la embajada estadounidense en Bagdad, que dejó un herido y hace temer una escalada de violencia.
Los ataques no fueron reivindicados, pero Estados Unidos acusa a grupos militares apoyados por Irán.
El último ataque generó temores de que Irak pueda verse inmerso en medio de un conflicto entre Irán y Estados Unidos, semanas después de las tensiones que llegaron al máximo tras el asesinato por Estados Unidos, el 3 de enero en Bagdad, del general Qasem Soleimani, emisario iraní en Irak.
Militantes antigubernamentales temen que estas acciones puedan desviar su movimiento, caracterizado por la más amplia campaña de protestas que Irak haya conocido en décadas.
También temen una ofensiva del poder tras perder el apoyo del poderoso clérigo chiita Moqtada Sadr, quien apoyó al comienzo las manifestaciones pero luego cambió radicalmente de actitud una vez que realizó sus propias demostraciones.
Los estudiantes han tomado el relevo, reuniendo a miles en Bagdad y en la región sur de mayoría chiita, insistiendo en sus reivindicaciones y afirmando su independencia política.
– Movimiento “apolítico” –
“Cuando comenzamos las protestas y las sentadas, nunca nos comprometimos con los objetivos de Sadr o cualquier otro político”, afirmó Zainab Mohamad, estudiante universitario en la ciudad santuario de Karbala.
“Hemos ido por nuestro lado y seguiremos hasta que nuestras reivindicaciones sean cumplidas”, añadió.
Los manifestantes piden elecciones anticipadas, un sucesor independiente para el renunciante primer ministro Adel Abdel Mahdi y el procesamiento de los implicados en actos recientes de violencia.
Molestos por la falta de avances, empezaron a aumentar la presión hace una semana, bloqueando calles con llantas y construyendo barricadas metálicas. La policía antidisturbios respondió reforzando los patrullajes y con gases lacrimógenos.
Temprano este lunes, hombres armados sin identificar irrumpieron en un campamento de protestas en la sureña ciudad de Nasiriya y quemaron carpas, dijo un corresponsal de la AFP.
Los atacantes dispararon contra los activistas que durmieron ahí y mataron a uno e hirieron a otros cuatro, indicó una fuente médica.
Pero horas después, manifestantes determinados erigieron nuevas tiendas e incluso construyeron una receptáculo con cemento, mostrando su determinación de quedarse.
– Desfile funerario en Nayaf –
En la muy rica ciudad petrolera de Basora, donde sin embargo reina la pobreza, manifestantes estudiantiles volvieron a erigir las carpas desmanteladas por las autoridades el fin de semana.
El principal campamento de protestas en la sagrada ciudad chiita de Nayaf también fue quemado en la madrugada por hombres armados no identificados, pero los manifestantes volvieron a manifestarse el lunes por la mañana, bloqueando carreteras con llantas quemadas.
A comienzos de la tarde, una marcha fúnebre recorrió la ciudad en honor del joven muerto antes en Nasiriya, e identificado como Ali Zuweir, de 14 años.
El incremento de la violencia esta semana causó la muerte de 21 manifestantes, aumentando el balance desde octubre a 480 muertos, en su mayoría manifestantes, según cálculo realizado por la AFP con datos médicos y de fuentes de seguridad.
– ¿Irak zona de guerra? –
El Parlamento iraquí votó el 5 de enero a favor de la partida de las tropas estadounidenses (unos 5.200 efectivos).
Este lunes, Qais al Jazali, líder de Hashd al Chaabi, poderosa coalición de paramilitares pro-Irán integrados en el Estado iraquí, advirtió que el futuro primer ministro debe comprometerse a aplicar esta decisión.
A su parecer, el sucesor de Abdel Mahdi también tendrá que convocar elecciones anticipadas hacia fines de 2020.
La mayoría de las facciones Hashd están estrechamente vinculadas con Teherán, y Washington las acusó de estar detrás de los ataques contra sus intereses en Irak.
Tres cohetes alcanzaron el domingo, uno de ellos directamente por primera, a la embajada de Estados Unidos en Bagdad. Washington pidió a Irak Bagdad “que cumpla con sus obligaciones de proteger (sus) instalaciones diplomáticas”.
El ministerio de Relaciones Exteriores iraquí afirmó este lunes que este ataque no tendría impacto en las relaciones bilaterales, en tanto el primer ministro señaló que teme que Irak se convirtiera en una “zona de guerra”.
AFP