La gente a su alrededor lo sabía y pronto también los fans se dieron cuenta de que la relación entre Justin Bieber y Selena Gomez no era un cuento de hadas.
Rupturas, fotos de Justin Bieber divirtiéndose con modelos mientras Selena enviaba misteriosos mensajes en redes sociales; reencuentros, risas y de nuevo el llanto. Así era el ciclo en su relación.
El romance entre los cantantes entraba en esa categoría de “tormentoso” o “tóxico”, como se les llama ahora y fue totalmente documentado en un hilo de Twitter que se hizo viral en julio de 2019.
Quizás la última en admitir abiertamente y en público todo el dolor que enfrentó en su relación fue la propia Selena, quien apenas hace unos días declaró en una entrevista para NPR que sufrió de “abuso emocional”.
Sin querer mostrarse como una víctima, Gomez expresó que necesitaba hablar de alguna manera de todo aquello que vivió con Justin.
“Es peligroso permanecer en una mentalidad de víctima. Y no estoy siendo irrespetuosa, siento que fui víctima de ciertos abusos”, aseguró.
Cuando le preguntaron si se refería a abusos emocionales, ella respondió afirmativamente y agregó: “Creo que es algo que tenía que encontrar una manera de entenderlo como adulta. Y tenía que entender las elecciones que estaba haciendo”.
Justin admitió su culpa, aunque sin mencionar el nombre de Selena, en un mensaje en Instagram que compartió en septiembre del año pasado.
“Empecé a consumir drogas muy fuertes a los 19 y abusé en todas mis relaciones. Me volví resentido, irrespetuoso con las mujeres y enojado. Me volví distante a todos los que me amaban y me estaba escondiendo detrás de un caparazón”.
Ya en una entrevista anterior, Bieber reconoció que no trató con respeto a las mujeres en su época más salvaje, donde incluso habló de su adicción al sexo.
“Me encontré haciendo cosas de las que estaba muy avergonzado, ser súper promiscuo y cosas así, y creo que usé Xanax porque estaba muy avergonzado. Mi mamá siempre me dijo que tratara a las mujeres con respeto. Eso siempre estaba en mi mente mientras lo hacía, así que no podía disfrutarlo”.
No es la única relación entre estrellas internacionales con ingredientes de pasión sin control, violencia, abusos y llanto.
Uno de los casos más sonados fue el de otros cantantes: Chris Brown y Rihanna.
Era el 8 de febrero de 2009, viajaban en un auto y una discusión pronto alcanzó niveles extremos de violencia. Chris dio un puñetazo a Rihanna, quien terminó con heridas graves.
La foto de la cantante con el rostro hinchado le dio la vuelta al mundo del entretenimiento y Brown enfrentó cargos por agresión y amenazas criminales por los que fue sentenciado a trabajo comunitario y terapia para controlar su ira.
Pero lo de aquella noche a bordo del auto sólo fue el estallido de una bomba que venía haciendo tic tac desde mucho antes.
“Nos peleábamos. Me golpeaba, la golpeaba y eso nunca estuvo bien”, confesó Brown sobre la violencia que impregnó su romance desde siempre. “Había un punto en que hablábamos sobre eso y era ´¿qué demonios estamos haciendo?’, como de ‘No me gusta que me abofetees. Si subo al escenario y tengo un rasguño en la cara y debo explicarlo de’oh, me caí’, Si tú tienes una herida o moretón debes ponerte maquillaje’”.
Pero nunca pudieron poner final a su círculo destructivo y la bomba explotó aquella noche.
Según Brown, la pelea comenzó porque Rihanna se puso celosa de que la ex del cantante apareciera en una fiesta previa a los Grammy en la que ambos estaban.
A bordo de un pequeño Lamborghini el asunto sólo fue poniéndose peor. “¡Te odio!”, le gritaba Rihanna a Brown, después de haberle arrojado el teléfono.
“Recuerdo que ella trató de patearme, pero entonces yo realmente la golpeé. Con el puño cerrado y se le reventó el labio. Cuando vi eso estaba en shock, era como de ‘¿qué hice?’. Ella estaba escupiéndome sangre al rostro y eso me enfureció aún más. Es una pelea real en el coche y vamos manejando en la calle. Me agarró las bolas y cuando hizo eso le mordí el brazo mientras seguía tratando de conducir”.
El escándalo mediático se desató como un torbellino y aun con eso, Rihanna decidió regresar con Brown porque pensaba que podría “cambiarlo”. La vida finalmente los llevó por caminos distintos.
El camino al abismo
“Yo arrastré a Amy a las drogas”, confesó Blake Fielder-Civil en noviembre de 2008, después de haber salido de prisión.
Si bien el comportamiento de Amy Winehouse nunca fue el de una chica “convencional”, para quienes estaban cerca de ella fue evidente que su romance con Blake la llevó a tocar fondo.
“Sin mí no hay duda de que ella nunca se habría hundido”, reconoció Fielder-Civil, pero eso no le impidió acercarse una y otra vez a la estrella británica.
Empezaron a salir en 2005 y para 2007 ya eran marido y mujer. Peleas, conflictos y separaciones eran la constante en su turbulenta relación, pero Amy no estaba dispuesta a dejarlo ir.
“No lo dejaré que se divorcie de mí”, aseguró a la revista británica Now. “Él es la versión masculina de mí y somos perfectos el uno para el otro”.
Fielder-Civil sabía que era una mala influencia para Amy. “Cometí el error de mi vida consumiendo heroína frente a ella. La introduje a la heroína, el crack, la cocaína y la autodestrucción. Me siento más que culpable. Sabía que había arruinado algo hermoso. Todo fue mi culpa. Ahora tengo que dejarla para asalcar su vida”.
Amy finalmente logró separarse de Blake, pero el oscuro vínculo que los unía (las adicciones) nunca se borró. La cantante británica falleció el 23 de julio de 2011 por una congestión alcohólica.
Sean Penn y Madonna
Desde el día uno de su matrimonio se dijo que el actor maltrataba a Madonna, pero su turbulenta relación atrajo los reflectores cuando las agresiones llegaron hasta las autoridades y un juez le ordenó al actor recibir tratamiento para moderar su ira. Penn llevaba ya seis arrestos por violencia.
“Sean es salvaje, probablemente muera joven. Creo que saldrá de la cárcel convertido en una persona mejor”, decía Madonna en 1985, cuando ambos eran unos veinteañeros.
Las discusiones entre ambos eran comunes y los estallidos violentos de Sean parecían ir escalando. Se dijo incluso que abrió de un puñetazo un boquete en la pared en medio de una escena de celos por la cercanía entre Madonna y Prince.
Entre todas las historias surgidas a su alrededor se dice que el 28 de diciembre de 1988, en medio de un nuevo estallido de celos, Sean ató a Madonna a una silla, amordazándola, y la mantuvo allí durante ocho horas, golpeándola repetidamente hasta que ella logró escaparse y llamar a la policía, pero la cantante echó abajo cualquier especulación, pues en diciembre de 2015, en una declaración por escrito ante un juzgado de Nueva York expresó:
“Desde luego tuvimos más de una acalorada discusión durante nuestro matrimonio, pero Sean nunca me ha golpeado, atado o atacado psicológicamente, y cualquier información contraria a eso es completamente indignante, maliciosa, imprudente y falsa”.
Lo cierto es que para el 25 de enero de 1989, apenas unos días después de la supuesta agresión, ya estaban divorciados.
Elizabeth Taylor y Richard Burton
El inicio de su romance quizás sea el más escandaloso en la historia de Hollywood. En plena filmación de Cleopatra, en la Roma de 1962, la química entre ambos se desbordó y pronto Elizabeth Taylor y Richard Burton eran ya una pareja. Ambos estaban casados e incluso el Vaticano los llamó “vagabundos eróticos”.
Se casaron en 1964 y, contrario a los pronósticos, su matrimonio duró una década. Pero en todos esos años las discusiones públicas y privadas fueron una constante. Él solía tener borracheras épicas y ella consumía barbitúricos. No se sabe si aquello servía como combustible de sus estallidos, al estilo de ¿Quién le teme a Virginia Wolf? (la película sobre una decadente pareja que protagonizaron), lo cierto es que parecía que no estaban bien juntos, pero tampoco podían vivir lejos el uno del otro.
Se divorciaron en 1974 y al año siguiente volvieron a casarse, pero aquel matrimonio duró apenas siete semanas.
Natalie Wood y Robert Wagner
Cuando Natalie Wood se casó, a los 19 años, con Robert Wagner, ya era uno de los rostros juveniles más famosos de Hollywood. Después de estelarizar Rebelde sin causa, en 1995, fue llamada “la más hermosa adolescente en el mundo”.
“Tenía diez años y él 18 cuando lo vi por primera vez caminando en un hall de la 20th Century Fox”, recordó Natalie sobre su relación con Wagner a la revista People en 1976. “Giré hacia mi madre y le dije ‘voy a casarme con él’”.
La premonición de Natalie se hizo realidad, pero quizás lo que nunca imaginó la actriz es que su romance con Wagner estaría lleno de turbulencias y terminaría con su muerte, en medio de extrañas circunstancias.
El cuento de hadas, al menos ese capítulo, llegó a su fin en 1962, cuando se divorciaron.
“Conocíamos al otro mejor de lo que nos conocíamos nosotros mismos”, confesó a “People”. “Siempre supe que él estaba bien, pero era sobre mí misma de la que no sabía nada”.
Wood y Wagner siguieron su vida amorosa por su lado, pero en una cena en 1970 se volvieron a ver. Él acababa de separarse de Marlon Marshall y Natalie estaba embarazada de Richard Gregson.
El siguiente año Natalie también se separó y en el verano comenzaron a hablar por teléfono. Una invitación de Wagner a su casa en California marcó su regreso como pareja, que hicieron público en abril de 1972, cuando acudieron juntos a los Oscar.
Natalie y Wagner volvieron a casarse el 16 de julio de 1972. Parecía que esta vez el cuento de hadas iba en serio y se convirtieron en padres de una niña en 1974.
Los problemas y discusiones nunca se fueron del todo, pero la pareja parecía navegar bien en su nuevo matrimonio hasta que la tragedia los alcanzó en noviembre de 1981.
La pareja emprendió un paseo en el yate Splendor junto a Christopher Walken, cerca de la isla Catalina en California.
En medio de la noche, Wagner se dio cuenta que Natalie no estaba en el yate y comenzó una desesperada búsqueda de la actriz. Natalie Wood cayó al mar y nadie pudo rescatarla. La legendaria actriz de Hollywood falleció el 29 de noviembre de 1981.
Su muerte resultó sospechosa y se dijo que el propio Robert Wagner había estado involucrado.
El gerente de un restaurante en el que estuvieron poco antes de la tragedia, le dijo a la policía que Robert Wagner estaba irritado con su mujer. “Un poco antes, alguien de esa mesa estrelló un vaso contra el suelo. El clima entre ellos parecía muy tenso. Discutían a gritos”.
Para Lana Wood, hermana de Natalie, era claro que Wagner era culpable: “Él la empujó, él la mató”.
En 2018 la muerte de Natalia fue reclasificada por las autoridades como “sospechosa”.
Whitney Houston y Bobby Brown
Eran figuras en la industria musical cuando se casaron, en 1992. Pero durante su matrimonio, que se extendió hasta 2007, no faltaron las historias relacionadas con las infidelidades, abuso de drogas y violencia física.
Se conocieron en una entrega de premios en 1989 y aunque Bobby Brown tenía toda la fama de “chico malo” a Whitney le parecía “sexy”.
Pronto comenzaron un romance y aunque Whitney rechazó la primera propuesta matrimonial de Bobby porque no estaba en sus planes, finalmente se casaron en julio de 1992.
La decisión fue cuestionada porque Bobby había estado involucrado en pandillas en su adolescencia y ya tenía tres hijos con dos mujeres.
Cuatro meses después de la boda, Whitney alcanzó fama internacional con el lanzamiento de la película El Guardaespaldas y en marzo de 1993 nació su hija Bobbi Kristina.
Lo que en apariencia era un romance perfecto ocultaba serios problemas. Así lo explicó Brown en su autobiografía de 2008. Según él, su matrimonio estuvo “condenado desde el día uno. Creo que nos casamos por todas las razones equivocadas. Ahora me doy cuenta de que Whitney tenía una agenda distinta a la que yo tenía. Creo que su agenda era limpiar su imagenm mientras que la mía era ser amado y tener hijos. Los medios la estaban acusando de tener una relación bisexual con su asistente. En la situación de Whitney, la única solución era casarse y tener hijos. Eso mataría toda especulación, fuera cierta o no”.
Las versiones alrededor de la pareja se avivaron también por su creciente consumo de drogas. De hecho se acusa a Brown de haber sido quien introdujo a Whitney en ese mundo, aunque él aseguró que ya en el día de su boda Whitney se estaba drogando.
Según la propia Houston, su consumo fuerte de drogas comenzó en 1992 y para 1996 ya las tomaba diario.
Durante su matrimonio, Brown fue arrestado por cargos relacionados con drogas y alcohol. Whitney estuvo en rehabilitación dos veces.
Los cantante se divorciaron en 2007. Whitney siguió lidiando con su adicción a las drogas, que finalmente le causó la muerte.
El 11 de febrero de 2012 fue encontrada muerta en la bañera de su habitación del hotel Beverly Hilton. En su cuerpo se hallaron restos de cocaína.