La cadena hotelera española Meliá dijo el miércoles que se le había prohibido viajar a Estados Unidos a su consejero delegado por las operaciones de la empresa en Cuba, lo que supone una escalada de las sanciones de Estados Unidos al Gobierno comunista de la isla y a las empresas que operan en ella.
Meliá Hotels International, una de las mayores compañías hoteleras de Europa, dijo en un comunicado que creía que más de 50 compañías habían recibido notificaciones similares, sin especificar cuáles.
El embajador de la Unión Europea en La Habana, Alberto Navarro, dijo a Reuters que este era el único caso europeo del que tenía conocimiento hasta el momento, condenando la maniobra de los Estados Unidos.
La decisión de vetar al consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, se produce después de que la administración del presidente estadounidense Donald Trump dijera el año pasado que procuraría aplicar plenamente el Título IV de la ley Helms-Burton, que endureció el embargo contra Cuba durante décadas.
El Título IV niega la entrada a aquellos que se cree que han ganado personalmente por las propiedades confiscadas en Cuba después de la revolución de 1959. La ley se ha aplicado en raras ocasiones desde su aprobación en 1996 debido a las objeciones de la comunidad internacional.
Sin embargo, la administración Trump ha tomado medidas sin precedentes en un intento de aislar a Cuba -a pesar de las objeciones de los aliados de los Estados Unidos-, entre ellas la de permitir que los ciudadanos estadounidenses demanden a empresas extranjeras por “tráfico” de propiedades cubanas confiscadas.
Meliá dijo que las autoridades estadounidenses citaron dos hoteles afiliados a la compañía en la región cubana de Holguín, alegando que se encuentran en una parcela de tierra expropiada por el Estado en la década de 1950.
Meliá, cuya participación en Cuba se remonta a tres décadas, ha dicho anteriormente que no posee ningún activo en el país, sino que gestiona hoteles. Meliá tiene 380 hoteles en 40 países.
REUTERS