Desde hace al menos 5 días, la justicia de Estados Unidos le instaló a un sacerdote colombiano un aparato de seguimiento electrónico para controlar sus movimientos.
Se trata del padre Jaime Marín Cardona, quien a sus 51 años enfrenta tres cargos penales por presuntamente abusar de un menor de edad y haberlo intentado con otro más, en casos que se registraron en Bridgeport, en el estado de Connecticut.
Aunque el caso se ha manejado con bajo perfil, se sabe que este sacerdote trabajó con varios menores entre el 2014 y el 2018, y durante ese tiempo habría accedido al menor e intentado hacer lo mismo con la otra víctima.
Lo relevante del caso de Cardona, nacido en Medellín y ascendido en la jerarquía católica de diácono a sacerdote en el 2010, es que fue denunciado por sus propios superiores ante la Policía local.
En efecto, la Diócesis de Bridgeport –donde al sacerdote antioqueño se incardinó (fue trasladado desde Colombia)– presentó una primera denuncia en septiembre del 2019 tras recoger el testimonio de los padres de los menores.
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