Las dos caras de Steve Jobs: Genio creador y padre cruel

Las dos caras de Steve Jobs: Genio creador y padre cruel

Steve Jobs junto a Steve Wozniak durante los comienzos de Apple (Photo by Justin Sullivan/Getty Images)

 

Steve Jobs, el creador de Apple, y uno de los referentes más importantes dentro del mundo de la tecnología, cumpliría hoy 65 años. Jobs nació el 24 de febrero de 1955 en San Francisco, fruto de la relación de dos jóvenes estudiantes universitarios: Abdulfattah Jandali, inmigrante sirio musulmán, que se doctoró en ciencias políticas, y Joanne Carole Schieble, estadounidense de ascendencia suiza y alemana.

Por infobae.com





La pareja decidió darlo en adopción a Paul Jobs y Clara Hagopian. Jobs se crió junto a su hermana adoptiva Patty. Cuando creció, se dedicó a buscar a la otra hija que tuvieron sus padres biológicos: Mona Simpson.

Desde niño, Jobs se mostró interesado en la tecnología. Cuando tenía apenas 12 años se unió a un club de ciencias, el Hewlett-Packard Explorer Club, donde ingenieros de la compañía daban a conocer novedades tecnológicas. En 1972 ingresó a la universidad Reed College de Portland, en Oregon. Estudió formalmente durante seis meses y cuando ya no le fue posible pagar la cuota, continuó asistiendo, pero como oyente. Así permaneció en la universidad durante un año y medio.

El surgimiento de Apple

Poco después, abandonó el mundo educativo para ingresar a Atari, donde estuvo trabajando un tiempo en el desarrollo del videojuego Breakout. Pero no permaneció mucho tiempo en la compañía. Tras un viaje a la India y un momento de introspección, decidió renunciar a esa empresa. Era el comienzo de un sueño compartido con su amigo Wozniak, a quien había conocido en el club de ciencias de Hewlett Packard. Así surgió, en 1976, Apple Computer Company.

¿Cómo surgió el nombre “Apple”? Según le contó Jobs a su biógrafo, Walter Issacson, la idea surgió cuando regresaba de una granja con manzanales (cabe recordar que Jobs trabajó un tiempo en una granja de este tipo, en Oregon) y le pareció que el nombre sonaba “divertido, vital y para nada intimidante”.

Por otra parte, el nombre “Apple” antes que Atari en el listado telefónica. Una forma de ganarle a una de las compañías de tecnología que se destacaba en aquel entonces. Esta idea da por tierra con la teoría que dice que Jobs se inspiró en Isaac Newton para el nombre de su empresa.

Steve Jobs, junto a su esposa Laurene Powell Jobs (White House, Washington DC, USA – 29 Oct 1997)

Si bien el físico aparece en el primer logo que tuvo la compañía, que fue diseñado por unque sí fue protagonista del primer logo de la compañía, al parecer aquella manzana que inspiró la ley de gravedad no fue el concepto detrás del nombre del gigante de Cupertino.

Más allá de la anécdota detrás del nombre, lo cierto es que la empresa no demoró en despegar. En 1982 Jobs fue tapa de la revista Time: tenía 26 años y una fortuna gracias al éxito que había tenido la empresa cuando comenzó a cotizar en la Bolsa, el año anterior.

Así era el primer logo de Apple

En los años 80 comenzaban a imponerse las computadoras personales, y Apple decidió profundizar en este concepto y a su vez logró destacarse por sobre sus competidores: en 1984 lanzó la Macintosh 128K, la primera computadora personal que usaba mouse, en vez de línea de comandos y una interfaz gráfica de usuario.

Su partida de Apple y el regreso

Pero así como la empresa creció, también crecieron los problemas con la cúpula directiva de Apple. Cansado de estos conflictos y sin muchas opciones, Jobs renunció a la empresa. Recién regresó a la compañía en 1997, donde ocupó el cargo de CEO hasta el 24 de agosto de 2011, cuando murió.

Durante esta segunda etapa en Apple, surgieron una gran cantidad de productos innovadores como el iPod, la tienda iTunes y el primer iPhone, que sin dudas marcó un antes y un después en el mundo de los dispositivos móviles.

El tiempo que estuvo fuera de Apple se dedicó a explorar otros rubros, vinculados también a la tecnología. En 1986, compró la empresa The Graphics Group, luego conocida como Pixar. Hizo varios acuerdos con Disney para producir películas animadas como Buscando a Nemo o Toy Story, hasta que en 2006 Disney adquirió Pixar por 7.400 millones de dólares. Jobs se quedó con un 7% y así pasó a ser el mayor accionista de la empresa.

En el período que estuvo fuera de Apple también fundó la compañía NeXt Computer, que produjo la computadora que llevaba el nombre de la compañía y que era conocida como El Cubo. Si bien no se caracterizó por su popularidad, se hizo conocida porque fue uno de los equipos que utilizó Tim Berners Lee como servidor de internet.

El lado oscuro de Jobs

Steve Jobs junto a su hija mayor, Lisa, con quien tuvo una relación difícil.

Lisa Brennan, la hija mayor de Steve Jobs, publicó, hace dos años, el libro Small Fry, donde describe la conflictiva relación que tuvo con su padre. En el texto describe anécdotas que lo muestran frío, poco afectuoso e irresponsable.

En el libro cuenta que al comienzo se negó a reconocerla como hija. Steve Jobs tenía 23 años cuando nació Lisa fruto de su relación con Chrisann Brennan. A pesar de que presenció el parto y ayudó a darle su nombre, negó su paternidad durante años. Gracias a una prueba de ADN y obligado por la justicia, Jobs finalmente reconoció a la niña cuando tenía 7 años.

Lisa Brennan es hija de Steve Jobs y Chrisann Brennan (Brigitte Lacombe/Grove Press)

Además, en una nueva entrevista con The New York Times, Lisa reveló que Steve Jobs la obligó a presenciar una escena íntima con su madrastra cuando tenía 9 años. Según relató, Jobs abrazó a su esposa, Laurene Powell Jobs frente a la familia, “y movió las manos hacia sus senos y a lo largo de sus piernas mientras gemía de manera exagerada”. Cuando Brennan-Jobs intentó retirarse su padre la obligó a permanecer en la habitación y no tuvo más opción que mirar para otro lado para evitar presenciar dicha interacción: “Quédate aquí. Este es un momento familiar y es importante que seas parte de la familia”, recordó Lisa.

En el libro cuenta varias anécdotas que muestran lo que mezquino que podía ser con ella. En este sentido, contó que se apresuró a reconocerla antes de que Apple cotizara en bolsa, para pagarle menos manutención. “En 1980, cuando yo tenía dos años, la fiscalía del condado de San Mateo, en California, demandó a mi padre para que pagara manutención de menores. El estado quería que él pagara la manutención y que devolviera los pagos de seguridad social [que la madre había recibido para la niña]. (…) Mi padre respondió negando su paternidad y juró en un testimonio oficial que él era estéril (…) Se ordenó un examen de ADN. (…) Las probabilidades de que estuviéramos vinculados fueron las más altas según lo que se podía medir entonces, 94,4 por ciento. (…) El caso se terminó el 8 de diciembre de 1980, bajo la insistencia de los abogados de mi padre para cerrarlo, sin que mi madre entendiera por qué una causa que se había demorado durante meses ahora se llevaba a un final apresurado. Cuatro días más tarde Apple comenzó a cotizar en bolsa y de la noche a la mañana mi padre valía más de USD 200 millones”.

Lisa Brennan Jobs junto a su madre (Grove Press/lisanbrennanjobs.net)

En el texto también cuenta que se negó a pagarle el último año de estudios en la Universidad de Harvard, aún sabiendo que no le darían una beca porque era hija de una persona con poder adquisitivo alto. Son varios los relatos que dan cuenta de una personalidad hostil y tirana, como cuando el exigió que, para irse a vivir con él y la familia que había formado con Powell debía dejar de ver a su madre durante seis meses. Esto ocurrió tras el nacimiento de su hijo Reed, con su esposa Laurene.

“Si eliges vivir con nosotros, me gustaría que me prometieras que no verás a tu madre por seis meses. Necesitas intentarlo de verdad”, dijo. No iba a funcionar si yo iba y venía, no se daría. Él había decidido que una ruptura total sería la manera correcta; mi madre no estaba de acuerdo, pero esos eran los términos de él. (…) ‘De lo contrario’, dijo, ‘retiro la oferta’.

A pesar del maltrato y todas las situaciones traumáticas que vivió, Lisa acompañó a su padre hasta su últimos días, con la esperanza de lograr vincularse de una manera más sana, algo que, según dejó en claro en su libro no ocurrió.