El multimillonario y filántropo estadounidense Tom Steyer anunció este sábado su retirada de la carrera presidencial demócrata en Estados Unidos, después de quedar tercero en las primarias de Carolina del Sur, donde confiaba en hacer despegar su moribunda campaña.
“Nos ha decepcionado nuestro resultado (…). Dije que si no veía un camino viable para ganar suspendería mi campaña, y sinceramente no puedo ver un camino”, dijo Steyer durante un mitin en Columbia (Carolina del Sur).
Steyer, de 62 años, no había logrado ningún delegado en las tres primeras primarias y lo había apostado todo a un resultado sólido en Carolina del Sur, donde tenía más apoyos entre la población afroamericana.
Pero las proyecciones en ese estado apuntan a que no se llevará tampoco delegados en ese territorio, donde el ex vicepresidente Joe Biden logró una contundente victoria, seguido del senador Bernie Sanders.
El multimillonario, que se hizo rico como gestor de un fondo de inversión y se convirtió después en activista contra la crisis climática, gastó más de 150 millones de dólares en anuncios televisivos en todo el país.
Antes de presentarse a las primarias demócratas, Steyer saltó a la palestra nacional con una potente campaña televisiva para pedir un juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, al que pidió someter a ese proceso incluso antes de que saliera a la luz el caso de Ucrania.
Steyer también prestó especial atención a los temas que afectaban a los latinos durante su campaña, y a partir de 2017 invirtió millones de dólares de su bolsillo en dar ayuda legal a migrantes que encaran la deportación.
“Donald Trump comete crímenes contra la humanidad” en la frontera de México, dijo Steyer en una entrevista con Efe el pasado 20 de febrero en Las Vegas (Nevada).
La retirada de Steyer deja todavía una muy nutrida bancada de precandidatos demócratas, con siete aspirantes a enfrentarse en noviembre a Trump: Biden, Sanders, las senadoras Elizabeth Warren y Amy Klobuchar; el exalcalde Pete Buttigieg; el multimillonario Mike Bloomberg y la congresista Tulsi Gabbard.
EFE