La xenofobia y el racismo contra la comunidad asiática se han disparado en Brasil como otro efecto preocupante de la llegada del coronavirus. Chinos y japoneses, especialmente, son objeto de nuevos ataques en el país, donde se registran las cifras más altas de inmigración oriental en la región.
“Pueblo chino, parad de comer gatos venenosos” y “los chinos son inhumanos, me dan asco”, son dos ejemplos de los abundantes comentarios que teclearon algunos internautas en la página de Facebook del Instituto Sociocultural Brasil-China (Ibrachina), según denuncia el presidente de la institución, Thomas Law.
En una entrevista con Efe, Law lamentó haber percibido en Brasil un exponencial aumento de los “discursos de odio” y los “comentarios racistas” desde enero de este año, cuando se desató la crisis del coronavirus.
Los brasileños “tienen que entender que el virus es un virus, no tiene cara, no tiene nacionalidad y puede circular en cualquier lugar”, sentenció el presidente de Ibrachina.
Los discursos racistas y xenófobos han ido más allá de las plataformas digitales, y la discriminación también ha llegado al mundo real.
Así lo asegura Si Lao, una joven china que reside desde 2011 en Sao Paulo, donde imparte clases de mandarín y da vida a un canal de Youtube llamado Pula Muralha, en el que ha divulgado una serie de videos con información sobre la enfermedad.
“Quería comprar máscaras pero pensé que si las compraba, la gente pensaría que estoy infectada. No fui a la farmacia, tenía miedo”, denunció la profesora, más conocida como Sisi.
La joven, que estudió en Wuhan, en el epicentro de la nueva epidemia, reconoció estar preocupada por los amigos y familiares que viven en la región y recordó que aunque “solo se ven los números, cada número es una historia”.
SAO PAULO, PRINCIPAL COLONIA CHINA EN SURAMÉRICA
En el gigante suramericano vive la mayor población china de Latinoamérica, aproximadamente compuesta por 380.000 personas, el 80 % de las cuales se encuentran en el estado de Sao Paulo, el más poblado y más rico del país.
No obstante, Brasil dista de sufrir una epidemia: el patógeno ha infectado de momento a solo dos personas residentes en Sao Paulo que viajaron a Italia, uno de los focos europeos de contagio.
Desde el comienzo del brote, hace más de un mes, el miedo al asiático se hizo sentir en la mayor ciudad suramericana.
Un edificio comercial restringió el uso del ascensor público a los trabajadores de una empresa china.
“Usen máscaras quirúrgicas, utilicen solo el ascensor del servicio y laven sus manos con alcohol en gel”, exigía en un comunicado interno la administración del edificio Berrini 550, situado en uno de los centros financieros de Sao Paulo.
La gerencia del inmueble pidió a los “hermanos chinos” que siguieran ese protocolo para “acceder a las dependencias” del complejo empresarial.
XENOFOBIA CONTRA TODA LA COMUNIDAD ORIENTAL
Las demostraciones de discriminación contra la comunidad china se expandieron en Brasil, ya sea por “no hacer distinción” o simplemente “caer por el lado de la injuria racial”, denunció el presidente de Ibrachina.
De hecho, además de contar con la mayor población china de Latinoamérica, Brasil abriga la mayor comunidad de japoneses fuera de Japón y, según el último censo de 2010, en el país hay algo más de 2 millones de personas orientales o descendientes, lo que representa el 1,1 % de la población brasileña urbana y rural.
INSULTOS EN EL METRO
En el centro de la capital paulista, el barrio de la Liberdade es conocido como el mayor reducto de la comunidad japonesa en Sao Paulo, donde algunos transeúntes pasean con máscaras para “prevenirse” de la epidemia.
Varios establecimientos de la región, según explicaron a Efe algunos vendedores que pidieron mantener el anonimato, también sintieron los efectos negativos de la propagación ante el temor colectivo y vieron disminuir su clientela.
Descendiente de japoneses, la estudiante de derecho Marie Okabayashi de Castro Lemos denunció haber sido víctima de un episodio de racismo y xenofobia al ser insultada de “china guarra” por una pasajera de un vagón de metro en Río de Janeiro.
A través de su cuenta de Twitter, Lemos viralizó un video en el que aparecía la supuesta mujer que, según relató la joven, también la tachó de “asquerosa” y la acusó de “expandir la enfermedad” para “todos”.
Combatir el creciente prejuicio contra los orientales fue una de las principales peticiones de la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, durante una sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Brasil, que registró el primer caso de coronavirus en América Latina, tiene dos casos confirmados de la nueva epidemia, aunque más de 430 están siendo investigados en el país, la mayoría de ellos en el estado de Sao Paulo.
EFE