La crisis del coronavirus ha provocado la cancelación de festivales de series, de giras musicales o el cierre temporal de museos como el Louvre, pero también ha tenido un efecto positivo al aumentar el interés por libros como “La peste” de Albert Camus o películas como “Contagion” de Steven Soderbergh.
Buscar curiosidades, leer ficción o ver películas y series que relacionen el coronavirus con otras pandemias como la peste o el ébola se ha convertido en otro pasatiempo. La realidad y la ficción, dos caras de una misma moneda.
En Francia se han vendido en los dos primeros meses del año 8.889 ejemplares de “La peste”, cuando en todo el año pasado la cifra fue de 22.400, según el portal de estadísticas de ventas de libros Edistat. Y en Italia la novela de Camus está entre los diez más vendidos.
Algo parecido le está ocurriendo a “Contagion”, la película de Soderbergh que en 2011 contaba cómo Gwyneth Paltrow contagiaba a medio mundo con un virus que había cogido en Hong Kong y que acababa con la vida de 26 millones de personas.
“Contagion” ya figura entre las diez más vistas a través de iTunes y entre las quince más descargadas según Google Trends.
También se ha convertido en un tema de moda en Twitter la docuserie “Pandemia”, de Netflix, que presenta a los héroes de una batalla contra la gripe y su trabajo por detener un brote en todo el mundo, que no es el coronavirus, pero enseña que el sistema mundial de salud no está preparado para afrontar una crisis sanitaria global.
No son las únicas referencias audiovisuales a historias con mayor o menor tono apocalíptico. Solo hay que ver películas como “Panic in the Strets” (1950), “Outbreak” (1995), “28 Days Later…” (2002), “Carriers” (2009) y hasta “Worl War Z” (2013) -aunque aquí el peligro y el contagio llega en forma de zombies-, para temblar ante la posibilidad de una catástrofe mundial.
Y no solo en el terreno cinematográfico. Hay obras literarias como “Némesis”, de Philip Roth; “Apocalipsis”, de Stephen King, o “Diario del año de la peste”, de Daniel Defoe, que también están suscitando interés por conocer más y mejor otras pandemias vividas a lo largo de la historia. Reales o inventadas.
En este sentido, como el miedo vende, tampoco hay que dejar de lado las predicciones que corren como la pólvora por las redes sociales o la aplicación WhatsApp. Todas ellas conviene ponerlas en cuarentena. La más sorprendente, se recoge en la novela de Dean Koontz “Los ojos de la oscuridad”.
Publicada en 1981, con una reimpresión de 1989, en su capítulo 39 se habla de una enfermedad llamada Wuhan-400, aunque realmente es un arma biológica, que brota en esta ciudad china. La página donde se describe las consecuencias del virus ya se ha hecho viral.
Viral también se ha hecho la imagen del cómic “Astérix en Italia”, publicado en 2017, donde un auriga llamado Coronavirus participa en una carrera de cuadrigas. Curioso porque el nombre y el país, pero nada más porque el cómic no aborda la enfermedad como tampoco el videojuego “Resident Evil” que también ha renacido estos días de sus cenizas por la enfermedad.
Y puestos a rescatar de las hemerotecas, con presagios catastrofistas estos días también se ha recuperado la advertencia de Bill Gates, que en febrero de 2017 vaticinó que un patógeno que se contagia por aire y se mueve rápidamente “podría matar a más de 30 millones de personas en menos de un año”.
De hecho, el cofundador de Microsoft ya había advertido en 2015, durante una charla, que no estábamos preparados “para una próxima epidemia”.
Sin ánimo de ser catastrofistas, cabe recordar que la escritora Sylvia Brown hablaba en su libro “Fin de los días: predicciones y profecías sobre el fin del mundo”, escrito en 2008, de una enfermedad respiratoria que estallaría por todo el planeta en el año 2020 y no desaparecería hasta pasados diez años. Esperemos que la profecía no se cumpla.
EFE