El gobierno de Estados Unidos se está preparando para imponer nuevas medidas la próxima semana con las que busca minimizar la comercialización de petróleo venezolano, incluida la no renovación de una licencia que le ha permitido a Chevron Corp mantener relaciones de negocios con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), dijeron fuentes familiarizadas con el asunto.
Estados Unidos impuso severas sanciones a Venezuela a principios de 2019, en un intento por presionar la salida del poder de presidente Nicolás Maduro, cuya reelección en 2018 fue considerada fraudulenta por más de 50 países.
Las exportaciones de petróleo de Venezuela han caído en un tercio desde que están vigentes las sanciones, sin que ello haya afectado en gran medida a Maduro, que ha permanecido en el poder con el apoyo de las fuerzas armadas, así como de naciones aliadas como Rusia, China y Cuba.
En las últimas semanas, la administración de Donald Trump ha aumentado la presión sobre la industria petrolera venezolana, en parte frustrado por la permanencia de Maduro en el poder.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó en su lista de empresas sancionadas a Rosneft Trading, con sede en Ginebra, una unidad del gigante ruso Rosneft, por realizar negocios con PDVSA y advirtió a empresas petroleras que medidas similares estaban por venir.
Ahora, Estados Unidos tiene en la mira las transacciones de intercambio de petróleo por combustibles y el repago de préstamos a través de entregas de petróleo, amenazando con cerrar las últimas puertas que quedan abiertas para las empresas que siguen trabajando con PDVSA.
Según las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato, Washington les ha dicho a algunos de los clientes de PDVSA que detengan los intercambios de petróleo por combustible antes del vencimiento del plazo de 90 días concedido para cortar negocios con la compañía, si quieren cumplir completamente con las nuevas sanciones.
Empresas que toman petróleo venezolano como pago de préstamos o dividendos también podrían tener que suspender sus transacciones.
El período de 90 días fijado por Washington vence el 20 de mayo.
“Estados Unidos nos está pidiendo que nos apeguemos a una política de cero salida de crudo venezolano, y cero entrada de combustibles. Por lo tanto, los intercambios permitidos hasta ahora tendrían que terminar antes que venza el período de liquidación”, dijo un ejecutivo de una empresa cliente de PDVSA.
Una de las fuentes dijo que es probable que las medidas lleguen a finales de la próxima semana, pero otra advirtió que podrían transcurrir varias semanas antes de que haga un anuncio.
Chevron es la petrolera estadounidense más grande en Venezuela. Desde el año pasado, sus operaciones en el país se enmarcan en una licencia que le permite continuar produciendo petróleo con PDVSA en varias empresas mixtas y también comercializar crudo venezolano en los mercados internacionales. Su permiso expira en abril.
El portavoz de Chevron, Ray Fohr, dijo que la compañía tiene “esperanzas” de que su licencia pueda renovarse.
PDVSA y la Casa Blanca no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios. El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, declinó hacer comentarios. El Tesoro de Estados Unidos no hizo comentarios más allá de repetir que la licencia expira el 22 de abril.
“Chevron es una presencia positiva en Venezuela”, dijo Fohr. La participación de la compañía en la producción de sus empresas conjuntas con PDVSA promedió unos 35.300 barriles de petróleo equivalente por día en 2019, lo que representó alrededor del 6% de la producción total del país.
Altos funcionarios del Departamento de Estado habían argumentado en contra de cancelar la licencia de Chevron por ahora, pero la Casa Blanca ha respaldado la idea de tomar medidas, dijo una fuente a Reuters. Reuters