Tal vez la moraleja para el final de esta historia de terror es que hay que saber cómo tratar a cada quien según su condición, apegados a derecho, pero sin olvidar que es muchísimo más importante y valioso hacer respetar el derecho superior de toda una nación a ser, a existir, así, al menos a eso, porque cuando ni siquiera un pueblo tiene garantizado su derecho a ser y existir, no podemos estar sino ante una opresión que obliga a cualquiera que se llame ser humano a actuar y hacer lo que sea necesario para terminar con esa situación.
De manera pues que, a estos delincuentes?, al comportarse como los pistoleros del lejano oeste, riéndose de la candidez de todos quienes creyeron que iban a respetar su palabra empeñada en acuerdos y negociaciones, hay que capturarlos a como dé lugar. Por fin se entendió el problema y se halló la solución más adecuada.
Después de todo, una foto junto con la leyenda “Se busca” y a su lado, cifras de seis ceros, dejan abiertas las opciones para que cualquiera que esté dispuesto a cobrarlas logre el resultado buscado, porque a los forajidos no se les puede tratar como otra cosa sino como lo que son.