El régimen, en boca de su máximo exponente, Nicolás Maduro, decidió consultar acerca de la posibilidad de concluir el año escolar y los períodos académicos universitarios de manera virtual.
Seguramente la pregunta es retórica. seguramente la decisión está tomada y desean pasar como demócratas que hasta consultan materia tan delicada para todo el país. La respuesta técnica, material, está dada previamente y hace mucho, profundizada ahora por un sin fin de circunstancias a la mano: resulta imposible en la actualidad, ni siquiera a porrazos concluir así los períodos. La sola propuesta, a ojos vista, es descabellada.
¿Tienen estudiantes y profesores la suficiente preparación para llevar a cabo en toda Venezuela estudios a distancia? ¿Con el hambre campeando en todo el territorio, estudiantes, profesores y/o representantes poseen computadoras y/o teléfonos inteligentes?¿Llega a todos y tienen cómo, con los suelditos de pobreza extrema para pagar servicios permanentes de internet? ¿En medio de las circunstancias de emergencia humanitaria compleja, pandemia por coronavirus, sanciones internacionales a funcionarios de la más alta jerarquía y bloqueo naval, cuando menos; está el talante anímico,el equilibrio emocional, para atender en serio esas responsabilidades académicas?
“Deseos no em-preñan”. Desde luego que los estudiantes necesitan y quieren avanzar en sus estudios. Desde luego que los padres y representantes quieren apreciar los avances notables en sus hijos y representados. Desde luego que las instituciones tienen como prioridad el cumplimiento de sus metas. No creo, sin embargo que la tiranía se preocupe por la educación. Lo ha demostrado, arrastrándola por todos los precipicios imaginables, algunos de ellos desbordados en sus límites.
CANTV anuncia que el ABA no funciona. En Maracaibo andan de vuelta a las fallas en los servicios de electricidad, como casi todas las regiones del país. Nada novedoso. En los estados fronterizos, los movimientos militares cunden. No hay posibilidades técnicas ni humanas para una culminación inmediata y tal vez ni mediata de los períodos lectivos. Hay que aceptarlo.
No es un problema de reconocer o no los necesarios avances educativos por la vía virtual y su valor. No se trata de eso. Es simplemente un aterrizaje en la realidad. El populismo ramplón que ha caracterizado a este régimen despótico, impondrá su criterio y casi con toda certeza dirá que las clases terminarán como sea. De eso se trata. Y los lesionados nuevamente, aunque no lo perciban, aunque no se perciba, serán los muchachos, infraalimentados e infraeducados. Algunos aplaudirán a rabiar la decisión. Mientras profesores y estudiantes, padres y representantes buscarán cómo hacer que cumplen funciones en algunos casos. La lesión y no tal vez la lección la recibirá de nuevo el país.
Necesitamos la claridad renovadora de una educación seria y responsable con asidero en las terribles circunstancias de nuestro día a día. En estos momentos es imposible rematar los períodos por la vía virtual en toda la educación venezolana. Ni siquiera a dentelladas. Es la verdad más sólida y palpable.