El Reino Unido anunció el sábado 888 muertos en hospitales en las últimas 24 horas por el nuevo coronavirus, lo que sitúa el balance en 15.464 decesos.
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La cifra supone un ligero alza respecto a los 847 fallecimientos anunciados el viernes por el ministerio de Sanidad.
A las 09H00 del sábado, 357.023 personas habían sido sometidas a tests de contagio, y 114.217 dieron positivo, lo que supone un aumento de 5.526 afectados respecto a la víspera, según los datos oficiales.
Entre los contagiados por el virus, el primer ministro, Boris Johnson, “descansa y se recupera” en la residencia de campo de los jefes de gobierno, tras estar hospitalizado, dijo el ministro encargado de las Comunidades, Robert Jenrick, en la rueda de prensa diaria del gobierno.
El dirigente conservador ha tenido “algunos contactos con sus ministros”, agregó Jenrick. Su ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, lo reemplaza hasta que se recupere.
En el frente de lucha contra la pandemia, el personal sanitario está preocupado por la falta de trajes de protección que ponen en peligros sus vidas.
Jenrick reconoció que el suministro de trajes médicos en algunas regiones es “insuficiente” y que el período era “extremadamente angustioso para las personas que trabajan en primera línea”.
“Estamos haciendo todo lo que podemos para corregir este problema y proporcionarles el equipo que necesitan”, declaró, y agregó que el domingo llegará de Turquía un cargamento con 84 toneladas de equipo.
Asimismo, aumentan las críticas hacia las autoridades por el método de registro diario de fallecidos, pues solo toman en cuenta los decesos en hospitales de pacientes que dieron positivo en los tests, y no los decesos en geriátricos o en los domicilios.
La Oficina Nacional de Estadísticas utiliza un conteo más amplio, pero con unos diez días de retraso. Hasta el 3 de abril había contabilizado 217 muertes en las residencias para la tercera edad de Inglaterra y Gales, según su último balance semanal.
Una organización que agrupa a los geriátricos privados, Care England, advirtió sin embargo que esas muertes podrían ser mucho más importantes, del orden de 7.500 víctimas.
El gobierno británico decidió el jueves prolongar al menos tres semanas el confinamiento instaurado desde el 23 de marzo para ralentizar la epidemia y anunció al día siguiente que acelerará sus esfuerzos para desarrollar y producir una vacuna de forma masiva lo antes posible.
Con información de AFP