En sistemas primitivos de poder y gobierno, y el nuestro lo es, de manera absoluta el sistema depende del “mando”. ¿Quién manda y quién obedece? ¿De quién dependen la administración y asignación de los recursos, cargos, funciones y “retribuciones” (léase negocios). En Venezuela y en muchos países del mundo (demasiados) al no existir de hecho, ni constitución ni leyes (“se acatan, pero no se cumplen”) manda el “jefe” simplemente porque tiene el qué (dinero y recursos) y el cómo (la fuerza), los uniformados, los pretorianos, etcétera, es decir las armas, el verdadero poder en sociedades primitivas donde hay abundantes leyes y muy buenas, pero ninguna funciona, sino en la dirección del que manda. La ley real es simple “a los amigos todo, a los enemigos y adversarios la ley”. Con Páez (1830), muerto Bolívar, el que mandaba desaparece la ficción llamada Gran Colombia (que sólo sostenía la espada de Bolívar y sus aliados armados que se habían repartido los territorios), Páez en Venezuela, Flores en Ecuador, Sucre en Bolivia (los tres venezolanos). Y la oligarquía bogotana comandada por Santander. La Gran Colombia era un sistema político feudal de reparto del poder y Bolívar apenas un primus-inter-pares (el primero entre iguales). Muerto el “rey-viva-el-rey” era la forma feudal de poder y gobierno. Matan a Sucre y Santander se queda con Nueva Granada (el nombre Colombia lo adoptan después). Flores con Ecuador y Páez con Venezuela. El poder “repartido” y eso es historia de todos los países y sociedades. Esta larga explicación era necesaria para que se entienda la importancia del “movimiento” político que acaba de ejecutar Guaidó y su “gobierno de sombra” (G4-aliados internacionales) al hacer la oferta concreta de los 300$ al sector salud. Hasta ahora, el poder real e influencias de Guaidó era hacia afuera (gracias al apoyo internacional), control de CITGO y otras influencias económicas y diplomáticas, pero hacia adentro, sin los militares, nada pasaba realmente. Todo empeoraba y seguirá empeorando, y la gente lo sabe, pero internamente al no tener la oposición poder real para cambiar y sustituir a Maduro, éste sigue en Miraflores. Como no va a haber “invasión” (ilusión de ilusos) ni hay “poder de calle” suficiente y el “golpe” no depende de la oposición, la política real regresa a la “decisión” de los “de uniforme y gorra”. Los gringos han intentado “convencerlos” con el método tradicional de “la zanahoria y el garrote”. De allí la oferta de “Varadero o Guantánamo” (la jubilación “ventajosa” o la cárcel) y todos pensamos en Noriega o peor en el “Chapo”. Las “sanciones” progresivas forman parte de la estrategia así como el “golpe” fallido del año pasado. Guaidó (que no se han atrevido a poner preso) al ofrecer los 300$ y ahora hasta le están pidiendo que “traiga gasolina” ha empezado a “gobernar de verdad, hacia “adentro” y golpea en la parte más sensible de la mayoría (salarios e ingresos) y la parte más débil del gobierno, que se “cojen los “dólares” y para el resto, hambre. Esta es la psicología colectiva dominante en este momento, de mantenerse, Maduro y su gente, saben que el tiempo se les agota. La sola represión cada vez va a ser menos sostenible y el costo para el entorno que lo sostiene es creciente, aumentan los riesgos y se achican los negocios. Creo que ahora sí entramos en una posibilidad real de “negociación” o desenlace de cualquier tipo, de corto plazo, sin fecha. Dos “gobiernos” en competencia no pueden durar y cosa curiosa, Guaidó tiene mayor margen de maniobras que Maduro, con el barco haciéndole agua por todos lados. Falta, pero creo, que ahora la política volvió a la realidad y que va a obligar a un desenlace que nadie puede prever, demasiados imponderables, pero real, en cuanto que Maduro “pierde masa-muscular” y Guaidó, va ganando, “músculos, fuerza y cuerpo”.