La RAE busca una definición al coronavirus para incluirla en el diccionario

La RAE busca una definición al coronavirus para incluirla en el diccionario

 

El pasado lunes, en la viñeta de El Roto un hombre debidamente protegido cuyo rostro se resumía en una mascarilla, decía: “Lo sabemos todo del virus y nada sobre lo que significa”. El dibujante de EL PAÍS parecía adivinar las intenciones de los miembros de la Real Academia Española (RAE). Desde el pasado jueves, reanudaron sus plenos vía telemática y comenzaron a debatir una posible definición del virus y sus consecuencias para el Diccionario, sobre la que seguirán trabajando mañana y en sucesivas reuniones.





Por: El País

Desean hacerlo rápido. “Con cierta urgencia, pero con la debida seriedad”, apunta Santiago Muñoz Machado, su director. El bombardeo del vocablo requiere un concepto claro. No solo de la propia palabra que todo lo inunda desde hace meses y ha transformado nuestras vidas. También de otras muchas que arrastra con ella y adquieren nuevas dimensiones, diferentes significados.

Pandemia ha sido el término más buscado en la web de la RAE desde que comenzó el confinamiento. El diccionario electrónico experimenta desde el encierro colectivo un aumento significativo en las búsquedas y ha llegado a 84 millones de consultas, un 27% más de su tráfico en un mes normal. Junto a pandemia, los hablantes rastrearon en marzo también otras: cuarentena, confinar, resiliencia, epidemia, virus, triaje, cuidar… También constan en el listado de las más vistas morgue, moratoria, solidaridad, esperanza, altruismo y resistir.

En el vacío de la calle y en el ruido de los medios de comunicación, aparte de coronavirus o covid-19, se ha multiplicado el uso de otros vocablos relacionados con el asunto que bien no tienen aún lugar en el Diccionario o sencillamente adquieren nuevas acepciones que no deben escaparse a la atención de la herramienta. Es el caso de pico, curva, desescalada, desconfinamiento… O mascarilla, que en el vasto territorio del español, cuenta además con otros nombres que deben recogerse, caso de nasobuco o tapaboca en Cuba y barbijo, en Bolivia.

Todo esto ha alertado a los académicos. Tras la primera sesión que celebraron interconectados desde sus casas el jueves pasado han echado a andar de nuevo las comisiones. Hay dos que ya han comenzado sus trabajos sobre el asunto con la ayuda y asistencia de lexicógrafos. La científico-técnica, por un lado, de la que ha salido una primera propuesta, y la de ciencias sociales, que estudia otras palabras relacionadas.

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