Ay, Chacumbele, el mismito se mató.
Los diferentes portales cubanos informan que Chacumbele fue una persona real, cuyo nombre verdadero era José Ramón Chacón Vélez, nació en 1912, en la provincia de Camagüey. Desde muy pequeño se interesó por los circos y soñaba con ser trapecista. Un violento ciclón destruyó el pueblon y lo dejó huérfano de padre. Luego de esta tragedia, emprendió un viaje a La Habana junto a su perra.
Una vez llegado a su destino, consiguió empleo como aprendiz de trapecista en el circo Santos y Artigas, para ese entonces, la gran estrella del circo era el renombrado trapecista polaco Bronislav Korchinsky, quien alcanzó la fama internacional y del cual se hace discípulo, para posteriormente ser revelado como un nuevo y gran talento de los aires, escogiendo el nombre de Chacumbeles, integrando también a Lolita, su perra, al acto. Posteriormente, Korchinsky recibe una oferta de los Estados Unidos, y se marcha, dejando como estrella de la cuerda floja a Chacumbeles, acompañado de su perra, quien se convierte en el primer cubano que logra hacer un salto triple sin red.
Eventualmente se suma a sus presentaciones Ilona Szabó, La Muñequita Húngara, quien era una judía húngara de una belleza impresionante, y termina convirtiéndose en su amante. Todo parecía ir sobre ruedas, pero un norteamericano negro llamado Harry Silver, oriundo de Mississippi, quien llegó a Cuba huyendo del racismo de los Estados Unidos, y que cantaba, bailaba tap, hacía malabarismos y tocaba el banyo se incorpora al circo. Entonces, mientras Chacumbele hacía su acto de la cuerda floja junto a Lolita, contempló desde lo alto a Ilona y Harry besándose, lo que ocasionó que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, llevándose consigo a Lolita, quien desafortunadamente perdió la vida al ser aplastada por su dueño. Como consecuencia de este accidente quedó cojo, deprimido, sin suficiente fuerza en las manos a consecuencia de la caída: el circo se acabó para él.
Eventualmente consigue trabajo en la policía, y, estando sumido en la más profunda depresión, Chacumbeles regresa al mismo parque que lo vio llegar a La Habana, y una noche de abril se quita la vida usando su pistola de policía. En 1941 Chacumbeles fue inmortalizado en una canción compuesta por Alejandro Mustelier, grabada por el Trío Servando Díaz, que suprime la S final, y lo convierte en Chacumbele.
Al socialismo del siglo XXI, le pasó lo mismo que al desafortunado trapecista cubano: ensayando y errando, confiscando y expropiando, regalando divisas como nuevo rico, robando, mintiendo, insultando, sometido al castro comunismo, desintegrando la sociedad, destruyendo las instituciones, la educación y la salud, matando a la gallina de los huevos de oro negro, aislado de la comunidad democrática internacional, instalando la miseria, el éxodo y la desesperanza.
¡EL MISMITO SE MATÓ!