Un viejo conocido está de vuelta. Los controles de precios reaparecen en la escena pública esta vez en otro contexto. Cuarentena social de por medio, producto del Covid-19, ahora con una economía azotada por la “epidemia” de seis años de recesión, con un Gobierno sin dólares para la importación ($9,98 por barril de petróleo venezolano) no hay ninguna señal que apunte a una dirección distinta que no sea la de otro viejo conocido: el desabastecimiento.
Por panorama.com.ve
El Gobierno de Venezuela “supervisará” los precios de los productos de Alimentos Polar, la mayor empresa productora de alimentos del país, los embutidos de Plumrose, y además ocupó al gigante complejo oleogénico de Coposa, el anuncio se produjo la tarde de este viernes 24 de abril de parte de la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, quien espera “garantizar los derechos socioeconómicos” de los venezolanos, “evitar las distorsiones en la cadena de costos y precisar qué está afectando a los precios”.
Como parte de la batería de medidas, Rodríguez explicó que sostuvo una reunión con la Asociación Nacional de Supermercados y Abastos (Ansa) y “se estableció una mesa para lo precios acordados de 27 productos.
La decisión del Ejecutivo se produce en medio de una escalada de precios alentada por los factores de siempre: la espiral del dólar paralelo, la relajación hasta lo indecible de la carga tributaria para la importación, la desaparición de “divisas preferenciales” para traer materias primas y un largo etcétera de desequilibrios de la economía venezolana al que ahora hay que sumarle la escasez de combustible que, de “perogrullo”, encarece todo.
De golpe, el Gobierno enterró su papel de “paloma” con los precios a cambio de que los empresarios, por músculo propio, produjeran o importaran para hacer desparecer de los venezolanos el problema del desabastecimiento. La tarde del viernes el Ejecutivo desenterró su papel de gendarme de la producción, un rol que produce un “deja vu” de colas, bachaquerismo y desabastecimiento.
“Ya no hay subsidios. Los privados importan con sus propios dólares. Si no pueden garantizar la reposición por controles absurdos, se para la importación. Al acabarse el inventario, no hay producto. El proceso se para. Para allá vamos si los controles vuelven…”, interviene el economista Asdrúbal Oliveros, quien desde su cuenta de twitter evalúa la decisión de Miraflores.
“¿Por qué mejoró el abastecimiento en los últimos meses?”, se pregunta Oliveros en otro trino y se responde: “Los privados importaban o producían, garantizaban la reposición de inventarios vía ajuste de precios. Si usted no puede recuperar inversión, simplemente no va a producir o importar. Imagínense lo que viene”.
La última oleada de supervisión de precios se produjo en 2018, cuando la Sundde llevó a cabo inspecciones en centenares de negocios en todo el país, a los que -con el concurso de efectivos de la Policía y la Guardia Nacional- obligó a bajar los precios de algunos de sus productos.
Esas rebajas forzadas provocaron largas colas y tumultos en negocios de todo el país, donde supermercados y otros establecimientos quedaron vacíos tras los descuentos.
“El tema aquí no es de demanda, que va a crecer producto del control, el tema es de que nadie va a importar o producir a pérdida… Creo que en Venezuela está más que demostrado que no hay “control bueno”, agrega Oliveros.
También desde la ciencia económica, Luis Oliveros explica: “La razón por la cual había regresado el abastecimiento a los mercados y farmacias de Venezuela era porque el gobierno tenía guardados los controles de precios y había bajado la presión contra la empresa privada. Al regresar al desastre de años anteriores, sabemos qué viene”.
“Ocupación temporal y venta supervisada en empresas de alimentos….. por especulación. ¿Qué puede salir mal? ¿Cómo pueden pensar que eso es la solución? Los venezolanos sabemos muy bien que generan ese tipo de acciones”, opina el economista Luis Oliveros.
Desde Cedice, institución promotora y defensora de la libertad individual, los derechos de propiedad y el libre mercado en Venezuela, también hubo reacción a los anuncios oficiales. “Los controles de precios traen más escasez y luego, al descapitalizar a fabricantes y comerciantes, más pobreza”.
“Las malas decisiones continúan. Lo hemos visto en el pasado y lo volvemos a ver hoy, las agresiones a las empresas en forma de ocupaciones temporales o de ventas supervisadas solo traen ruina, miseria, hambre y escasez”, agregó la institución en su cuenta de twitter.
Más allá de la evidencia científica que la economía como ciencia social aporta de los efectos de los controles de precios y de la experiencia misma que nuestra “atribulada” economía, el Gobierno regresa a la senda de las ocupaciones, de la fijación de precios, un camino que asegura pan para hoy, hambre para mañana.