Un violento motín en una cárcel de Lima, por temor a un contagio del nuevo coronavirus dejó nueve reclusos muertos y 67 heridos entre guardias, policías y reos, informó el martes el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) de Perú.
“Producto del develamiento del motín se registró el fallecimiento de nueve internos y 67 heridos entre policías, reos y seguridad penitenciaria”, indicó el INPE en un comunicado.
El balance anterior de la rebelión del lunes en la cárcel Castro Castro, situada en el este de la capital, era de ocho fallecidos.
Las autoridades habían informado la noche del lunes que la rebelión había sido controlada y que los fallecidos eran tres, resultado de los esfuerzos de la policía y los guardias por sofocar la revuelta. El motín buscaba “facilitar una fuga masiva de internos”, según el INPE.
Los heridos son 60 guardias penitenciarios, cinco policías y dos reos, según el INPE.
Por su parte, internos en el penal Lurigancho, el más poblado del país y ubicado en el norte de Lima, protagonizaron este martes una protesta en demanda de medidas de protección ante la COVID-19, pero un par de horas volvieron a sus celdas.
“Tras dos horas de protesta los internos firmaron un acta con el director del penal para su atención médica y luego retornaron a sus celdas”, dijo a la AFP un vocero del INPE.
Los reos protestaron con los torsos desnudos y con carteles en los techos. “Nos estamos muriendo. No nos dejen morir infectados, necesitamos medicinas”, decía una pancarta.
“Ellos están condenados a una sentencia (de prisión), mas no a la muerte acá. Les pedimos por favor misericordia por ellos”, declaró a la AFP Vilma, familiar de un reo, afuera del penal de Lurigancho.
Con una capacidad para 2.500 internos, en Lurigancho hay más de 10.000 reos.
La policía informó que en la cárcel de Castro Castro “todos los cadáveres fueron trasladados a la morgue Central Lima para la necropsia de ley con diagnóstico de presunto impacto de bala”.
Afuera del penal se congregaron angustiados familiares de los reos para saber sobre ellos.
“Hay muchos internos que se han muerto adentro, (o) están heridos y así se van a morir todos sin que nadie los haya atendido jamás. Ahora no hay agua, les han quitado el agua y no pueden hacer nada”, dijo a la AFP Jazmín Delgado, pariente de uno de los reos.
El motín se originó tras el deceso el día anterior de dos internos por coronavirus. Los presos quemaron colchones y colgaron carteles con demandas de libertad ante el temor de contraer la COVID-19.
Problema antiguo
El jefe del INPE, Gerson Villar, confirmó que dos internos de Castro Castro fallecieron por COVID-19 el domingo y acotó que el reclamo de los amotinados giraba en torno a los indultos ofrecidos por el gobierno por la pandemia y la falta de medicinas.
El gobierno peruano anunció la semana pasada que indultará a unos 3.000 presos en situación vulnerable por el coronavirus.
“Los problemas en el sistema de salud en los penales no es de ahora, pero se ha agravado por la pandemia del nuevo coronavirus”, dijo Villar.
Castro Castro alberga a 5.500 internos, aunque tiene capacidad para 1.140.
Otro motín, que también fue sofocado por las autoridades, se desató el lunes en la cárcel de la ciudad andina de Huancayo, 200 km al sureste de Lima, tras el deceso de dos presos por coronavirus.
El 18 de abril en la cárcel de la ciudad norteña de Chiclay dos presos murieron en otro motín provocado por temor al coronavirus.
La pandemia deja 15 presos muertos y más de 600 infectados en las hacinadas cárceles peruanas. Hay 97.500 reos en 68 prisiones, una superpoblación de 50.000 internos sobre la capacidad de los penales, según el INPE.
Además, 169 guardias penitenciarios han dado positivo al virus y siete fallecieron.
AFP