Tamara Suju Roa: México, el Dejà vu Venezolano

Tamara Suju Roa: México, el Dejà vu Venezolano

Chávez desde su silla del poder ostentosa, con su chequera de petrodólares que se gastó por el mundo, financiando candidaturas, partidos, obras y olvidando por completo el desarrollo de Venezuela, se vanagloriaba diciendo en el año 2008, que nuestro país tenia uno de los más altos índices de “felicidad”, según un estudio publicado para aquella época, por un científico de la Universidad de Leicester del Reino Unido.  Destacaba también Chávez, lo felices que eran los cubanos, y lo seguro que estaba de que Cuba ocupaba el primer lugar en el Caribe.  Para aquel entonces, el país estaba envuelto en grandes manifestaciones, Chávez había cerrado RCTV, el canal de TV más antiguo y popular de Venezuela y por lo menos 30 emisoras de radio, tenia presos y perseguidos políticos y una gran cantidad de trabajadores en la calle, que habían perdido sus puestos o cargos, por el cierre o confiscación de fabricas y empresas privadas. 

Para no quedarse atrás, Maduro crea en el 2013, el Viceministerio para la Felicidad del Pueblo, cuyo supuesto objetivo seria la coordinación de los programas de gobiernos enfocados al aérea social.   Mayor burla a los venezolanos,  imposible. 

Entre los distintos latigazos de similitud que está presentado el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México, está la incontinencia verbal al expresar sus ideas populistas, incluso en medio de la mayor tragedia mundial de salud que atravesamos en estos momentos.   AMLO hacía un llamado no hace mucho a su gente, a salir a la calle para no dejar caer la economía, como si nada estuviera pasando, y se le veía abrazando y besando a niños, para tratar de demostrar normalidad. La realidad y la denuncia sobre su actuación, lo ha medio llevado a reaccionar,  y hoy, México ocupa el puesto número 10 en el mundo de personas fallecidas por el virus, con 8.103 casos, 71.860  casos positivos,  y con 2.333 nuevos contagios en las ultimas 24 horas. 

El pasado jueves, AMLO anunciaba que trabajaba en nuevo índice de Felicidad, distinto al PIB, según sus propias palabras, “Va a medir, sí, crecimiento, pero también bienestar, grados de desigualdad social; se va a aceptar si hay crecimiento y hay menos desigualdad… y otro ingrediente en este nuevo parámetro: la felicidad del pueblo”… ya sabemos como terminan este tipo de mediciones con los gobiernos populistas.

AMLO además, anuncia la salida a la calle de la Fuerza Armada Nacional, presencia que no excederá de 5 años dijo, hasta que su recién creada Guardia Nacional “desarrolle su estructura, capacidad e implantación territorial”.  Se militariza así la seguridad urbana, cosa que a los venezolanos nos trae los peores recuerdos al comenzar la impopularidad de Chávez y su gobierno, y que se incrementó a medida que iba creciendo el descontento social, trayendo persecución y represión, muerte y sufrimiento.  Actualmente, esa FAN venezolana represora, es la que sostiene a Nicolas Maduro en el poder, y lo hace desde su Alto Mando, envuelto en corrupción, narcotráfico y la comisión por acción y omisión de Crímenes de Lesa Humanidad.  

El partido de AMLO, Morena, ha propuesto modificar la Constitución (la mejor arma de Chávez para consolidar su proyecto de poder), para que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) pueda revisar el patrimonio de los ciudadanos y tenga acceso a su información financiera, con el fin de medir la concentración de riquezas del país. No puedo más que recordar, cuando Hugo Chávez se propuso, en el marco de su política contra los “Latifundios” y supuestos “monopolios financieros de producción”, confiscar (robar) fincas, hatos y grandes empresas privadas, que convirtió en conucos hoy abandonados, tierras destruidas y empresas quebradas con su infraestructura abandonada.  

Chávez solo quería apoderarse del sector económico privado, para monopolizar y centralizar la economía, y a través de ello, controlar a la sociedad, que iba empobreciéndose poco a poco, perdiendo empleos, reduciendo a nada a la clase media y monopolizando a los más necesitados con bonos y bolsas de comida que hoy, no sacian el hambre y la necesidad de la familia venezolana, y que ha hecho que muchos recurran a la basura para sobrevivir. 

Las todavía tímidas predicciones que se hacen en México sobre a donde quiere llegar AMLO con sus políticas en tiempo de Pandemia, el empoderamiento de los militares en la calle asumiendo la seguridad urbana y cotidiana, y la fragilidad jurídica que corre el sector privado en cuanto a la protección de sus bienes y patrimonios -que son los grandes generadores de empleo- debe ser un alerta temprano para todos los mexicanos. Véanse en el espejo de Venezuela y los “logros de la revolución del siglo XXI”. 

 Fantaseando un poco, si Chávez estuviera vivo, no dudo los halagos que enviaría al mandatario mexicano, y quizá hasta le dedicaría en uno de esos horribles programas domingueros, un gallote musical: “Te pareces tanto a mi, que no puedes engañarme”…. 

 

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