La costurera Nazly Penagos sintió alegría cuando recibió la llamada de su jefe proponiéndole irse a vivir a la fábrica en la que trabaja en el sur de Bogotá -ahora adecuada con dormitorios, cocina y duchas-, después de un prolongado aislamiento en casa en el que su mayor temor fue perder su empleo.
“Ha sido chévere (bueno), porque no salgo a la calle”, dijo la empleada del taller de textiles Hechizoo, que ahora visita su casa los fines de semana. “Yo tengo una niña pequeña y no me gustaría estar yendo y viniendo para de pronto, uno no sabe, llevar algún contagio a la casa, prefiero evitar eso”.
Miles de fábricas y compañías en Colombia están reiniciando operaciones tras dos meses de parálisis por la pandemia de coronavirus, un regreso difícil por un lento proceso de aprobación oficial y las dudas de los empresarios sobre cómo los consumidores van a comprar si aún no pueden salir o no tienen dinero.
El presidente Iván Duque ha prorrogado en cuatro ocasiones un aislamiento preventivo obligatorio que decretó desde el 25 de marzo. Ahora la medida irá hasta el 31 de mayo.
Durante la cuarentena, el mandatario ha permitido el reinicio gradual de la construcción, la industria manufacturera y algunas actividades comerciales con énfasis en el servicio a domicilio, condicionado a protocolos de bioseguridad.
El director creativo de Hechizoo, Jorge Lizarazo, busca a toda costa evitar cerrar la empresa, que apenas recibe un 15% de las órdenes habituales.
“Decidimos quedarnos permanentemente acá hasta que sepamos qué va a suceder”, dijo, tras quejarse de la falta de claridad de las autoridades sobre la reapertura. “Me afana tener incertidumbre con respecto a la información que tenemos todos los días (…), y la incertidumbre para cualquier empresa es fatal”.
El reinicio gradual de la producción en Colombia está alineado en promedio con el de otros países de la región, como México, Argentina, Perú y Chile, con protocolos de salud para contener el COVID-19, en momentos en que Sudamérica es el nuevo foco de la pandemia, según la Organización Mundial de la Salud.
En Europa, que sufrió el impacto antes que Latinoamérica, también se han dado pasos de reapertura.
“Gracias a Dios la empresa otra vez nos volvió a llamar a trabajar”, dijo Luis Alfonso Carranza, oficial de construcción en un proyecto de apartamentos y oficinas en la capital colombiana.
“Nos afectó mucho, por ejemplo, la empresa de nosotros no nos pagó el sueldo, económicamente nos dio muy duro”, relató al confesar que no percibió salario por casi dos meses y su esposa perdió su trabajo.
¿A QUIÉN VENDER?
Los empresarios se quejan de que las autorizaciones han sido lentas, los anuncios oficiales disímiles y de las restricciones en el número de empleados que pueden retornar, a lo que se suma otro escollo: por la cuarentena las personas solo pueden salir a comprar artículos de primera necesidad, arriesgándose a multas de hasta 238 dólares.
“De ninguna manera significa que esos sectores que se habiliten pueden el primero de junio entrar en operación, no, así no es, deben primero cumplir y validar esos protocolos de bioseguridad”, advirtió el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo.
La cuarentena dejó 1,58 millones de personas sin empleo solo durante marzo.
Elsa Zárate, gerente de la fábrica de ropa Francotex sufre su propia disyuntiva.
“Nos dieron el visto bueno en la alcaldía de abrir la fábrica, aunque con solo 20 de las 60 personas, ¿pero para qué confeccionamos si no hay a quién venderle?”, dijo. “A este paso no podemos mantener los empleados, hay plata solo hasta el 30 de mayo”.
Y lo peor aún no llega. Para analistas, la ecuación de más desempleados, menos producción y eventuales nuevos cierres para contener el coronavirus exacerbaría la recesión, que ya se refleja en el desplome de la confianza de los consumidores a mínimos récord.
“El frenazo en seco que está teniendo nuestra economía por el aislamiento preventivo obligatorio tendrá un impacto desfavorable sobre la demanda agregada, lo cual significa menores ritmos de crecimiento”, dijo el centro de pensamiento económico ANIF.
El Gobierno proyecta una contracción de 5,5% para este año, desde el crecimiento de 3,3% en 2019.
La empresa de bolsos y artículos de cuero Mario Hernández está concentrando sus esfuerzos en las ventas online, ahora que sus tiendas en Colombia, Venezuela, Panamá y la franquicia en Costa Rica se encuentran cerradas, esperanzados en que la gente mantenga sus hábitos personales.
“La oportunidad grande la tenemos por la página web, realmente es una manera de que la gente a pesar de que esté en cuarentena sigue teniendo sueños, sigue teniendo celebraciones así no se puedan reunir en familia y siempre van a tener un detalle con alguien”, dijo Alba Luz Angarita, directora de operaciones de la planta, que ya retomó operaciones. Reuters