El fiscal encargado del caso George Floyd se había convertido en uno de los blancos de las protestas raciales que han estallado en Minneapolis y que este domingo lograron su objetivo: desplazarlo.
El gobernador, Tim Walz, anunció la decisión tras hablar con la familia Floyd, que según dijo le pidió que fuese el fiscal del estado, Keith Ellison, afroamericano y musulmán, quien se hiciese cargo del caso.
“Esta es una decisión que siento nos lleva en esa dirección y un paso para comenzar a hacer justicia para George Floyd”, afirmó Walz al hacer pública la maniobra legal casi inédita de hacer intervenir al fiscal del estado, al que llamó “abogado del pueblo”.
UN FISCAL BAJO SOSPECHA
La presión sobre el fiscal del condado, Michael Freeman, hasta ahora encargado del caso, era máxima. El sábado centenares de personas se concentraron en un escrache en su vivienda, objeto de algunos desperfectos.
Nadie olvida que tardó cuatro días en imputar cargos contra el agente que mató a Floyd, Derek Chauvin, y la sensación que en las calles quedó es que tan solo fue una concesión para apaciguar las protestas. Esa noche fue la más violenta de todas.
Apartar a Freeman del caso y arrestar a los otros tres policías implicados en la muerte de Floyd -algo que el fiscal del condado no había querido hacer- pasaron a ser las demandas de la familia y de la revuelta.
AGENTES CÓMPLICES
“Buscamos justicia, buscamos la verdad. Lo haremos decididos y buscamos que se rindan cuentas”, afirmó Ellison, un excongresista que en 2016 encabezó la fallida candidatura del sector de Bernie Sanders a presidir el Partido Demócrata.
El fiscal dijo que llevar a juicio a policías es algo complejo y avisó que “todos los eslabones de la cadena procesaL serán atacados cuando se presente este caso ante un jurado”.
“Llevar a juicio a policías por mala conducta, incluso homicidio y asesinatos, es muy difícil”, sostuvo.
Quizás hizo su trabajo un poco más fácil el jefe de la Policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, que este domingo dijo que los otros tres agentes implicados fueron “cómplices” de la muerte de Floyd al no intervenir mientras Chauvin le asfixiaba con su rodilla.
“No veo la diferencia”, dijo sobre la actuación de sus cuatro exagentes.
SIN DISTURBIOS
Casualidad o no, la madrugada de este lunes fue la primera en una semana sin violencia en las calles ni columnas de humo al cielo de Minneapolis.
Los cuerpos de seguridad detuvieron a un grupo de 150 personas que desafió la tercera noche de toque de queda pasadas las 20.00, pero a diferencia de la víspera lo hicieron sin abusos flagrantes.
Pero Minneapolis no apartó de todo el drama en el que se ha sumido ya que vivió una de las escenas más escalofriantes de lo que va de protestas cuando un camión cisterna a toda velocidad trató de embestir la multitudinaria marcha celebrada en la tarde.
Los manifestantes reaccionaron rápido y mientras unos esquivaron la trayectoria otros saltaron a la cabina del vehículo en marcha para forzarlo a frenar, para acto seguido extraer al conductor y entregarlo a la Policía no sin antes hacerle pagar el susto.
LA TEORÍA DE LOS VEHÍCULOS SIN PLACA
Tras propagar el relato de que los instigadores de las protestas eran “de fuera” del estado, las autoridades han empezado a circular la teoría de los “vehículos sin placa” para explicar la estrategia detrás de los instigadores del caos.
“Nuestros agentes han tenido trabajo parando a muchos vehículos que circulan por la ciudad sin placas. Cada vez que los agentes paran a los vehículos, sus pasajeros salen corriendo, dejando atrás vehículos y material utilizado para hacer destrozos”, informó la Policía de Saint Paul, vecina de Minneapolis.
Aseguran que son vehículos robados y que están repartidos por la ciudad estratégicamente con material listo para los disturbios, por lo que se ha pedido la colaboración ciudadana para que se reporten vehículos sospechosos.
“Estamos encontrando escondites con inflamables por toda el área metropolitana, cerca de lugares en los que ha habido incendios”, aseguró el comisario del Departamento de Seguridad Pública de Minnesota, John Harrington. EFE