Las largas colas para repostar gasolina que se vieron durante semanas en Venezuela han comenzado a menguar este lunes, después de que el régimen de Nicolás Maduro pusiera en venta la semana pasada combustible comprado a Irán y aplicara un sustancial incremento de precios.
Efe pudo constatar que en las gasolineras de Caracas y su zona metropolitana las colas disminuyeron drásticamente, un fenómeno que se corresponde también con la medida de mantener abiertas la estaciones durante todo el día.
DE TRES DÍAS DE ESPERA A 40 MINUTOS
Algunos conductores demoran en Caracas poco más de 40 minutos para repostar, un tiempo que contrasta con los hasta tres días que les tomaba hace semanas.
El envío de gasolina iraní, que el régimen venezolano celebró como un éxito en vista de las sanciones de Estados Unidos contra el país y que pusieron en peligro la transacción, suma cerca de 1,43 millones de barriles de gasolina, un número cercano a la capacidad de refinamiento instalado en la nación suramericana.
Venezuela, el país donde reposan las reservas probadas de petróleo más grandes del planeta, importa gasolina hace unos dos años para suplir su mercado interno, según expertos y opositores.
“Las refinerías (…) las fueron destruyendo poco a poco, y a partir de allí empezamos a importar gasolina”, dijo hoy el diputado opositor Elías Matta durante una rueda de prensa virtual.
El cargamento del combustible iraní permitió que el régimen surtiera la semana pasada todas las gasolineras, después de que la mayoría permanecieran cerradas por semanas.
SE MANTIENEN LAS COLAS PERO HAY “NORMALIDAD”
Pero antes, Maduro anunció un nuevo esquema de precios para la gasolina, advirtiendo que se trataba de un “importante recurso” que fue comprado en dólares.
Así, los venezolanos podrán repostar hasta 120 litros por mes por 5.000 bolívares el litro, o 0,02 dólares.
Cada litro adicional se pagará en 0,50 dólares, un precio que rige sin restricciones en más de 200 gasolineras, consideradas “premium”, donde no aplican subsidios y en las que se han visto también largas filas en los primeros días.
Sin embargo, las largas colas no amainaron con estas medidas, sino que se replicaron en todas las gasolineras de la nación.
También se multiplicaron las discusiones entre los usuarios y los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, Policía militarizada), un cuerpo que controla el suministro en las más de 1.500 gasolineras de Venezuela.
Con todo, Matta dijo hoy que se empieza a ver “normalidad” en las gasolineras de Caracas una semana después de haberse puesto en venta la gasolina iraní.
“Se empieza a ver normalidad, pero el problema es cuando eso (la gasolina iraní) se acabe, este Gobierno no es un Gobierno confiable, que dé garantías de que se pueda mantener el suministro de gasolina”, apuntó.
LA ESCASEZ LLEGÓ PARA QUEDARSE
En tanto que el experto petrolero José Toro Hardy, que acompañó a Matta en la rueda de prensa telemática, dijo que no cree que las importaciones de gasolina iraní vayan a “resolver el problema” de la escasez en Venezuela.
“Hay una escasez inmensa de gasolina”, aseguró Toro Hardy. “Y el problema llegó a Caracas”, añadió al recordar que en el interior de Venezuela, donde la crisis generalizada se expresa con crudeza, la escasez se siente desde hace mucho.
“¿Se va a resolver el problema de la gasolina con unos tanqueros que llegaron de Irán? Lo dudo mucho”, apuntó.
Asimismo, alertó sobre las dudas que muchos tienen sobre la calidad de la gasolina, lo que podría poner en riesgo a los motores de la vieja flota de vehículos en Venezuela.
El experto dijo haber escuchado reportes que ponen en duda que la gasolina iraní sea de al menos 91 octanos, el de menor tipo que se vendía en Venezuela antes de la crisis de abastecimiento.
REFRIEGAS Y PROTESTAS
La escasez de gasolina en Venezuela comenzó en marzo pasado y coincidió con el confinamiento para frenar los contagios del nuevo coronavirus, que se ha cobrado la vida de 22 de las 2.377 personas que se han infectado hasta ahora, según el reporte oficial.
Desde entonces, se observaron largas colas en las que los venezolanos pasaban hasta tres días, sin que ello fuera garantía de repostar.
Aunque el tiempo de espera para repostar disminuyó desde la llegada de la gasolina iraní, sigue siendo en algunos casos de varias horas.
Pero durante los primeros días de la reapertura de las gasolineras se pudieron observar incluso protestas de ciudadanos que cortaron calles para denunciar diversas irregularidades en el suministro.
En vista que las colas se mantenían, el Gobierno ordenó que las gasolineras permanezcan abiertas durante todo el día, aunque la medida solo afecta, por ahora, a Caracas y a los estados cercanos de La Guaira y Miranda. EFE