El sábado fue la última vez que lo vieron. Ulises Corrales Barrantes o “Moyo”, como se conoce a esta estrella de las redes sociales y amante de la naturaleza, había avisado a sus compañeros que ingresaría a la montaña de la Reserva Dendrobates, ubicada en Peñas Blancas de San Ramón (Costa Rica). Su misión era identificar un árbol para recolectar algunas de sus semillas, una tarea que no le demandaría más que un par de horas, es por eso que sus colegas se sorprendieron al ver que no regresaba.
Por: Clarín
Él conocía la zona como la palma de su mano. Había vivido y trabajado en aquella zona casi toda su vida por lo que conocía al detalle las diversas especies de flora y fauna que habitaban la zona. Nunca avisó a sus familiares cuánto tiempo tardaría, pero el domingo, al no llegar aún a casa, todos comenzaron a impacientarse. Hicieron la denuncia a las autoridades teniendo en claro que algo raro le había sucedido y que estaba desaparecido.
Este martes, al ver que seguía sin haber noticias de Moyo, amigos y baquianos de la zona ingresaron a la montaña y comenzaron a caminar tratando de intuir la ruta que habría llevado el ecólogo de 38 años. Cerca de las 10 de la mañana, lograron llegar a una quebrada dentro de la reserva. Un grito alertó a todo el grupo, uno de los miembros del grupo de búsqueda advirtió que veía un bulto extraño en el suelo, a unos metros de donde rastreaban. Al llegar al lugar confirmaron que se trataba del cuerpo sin vida de Moyo. A su lado había un bolso, un palo que él había convertido en bastón y en una de sus manos tenía atrapada una serpiente ?terciopelo muerta.
“Él avisaba cuando se iba a ausentar mucho y esta vez no dijo nada, nosotros no esperábamos esto. Era un libro abierto, sabía demasiado sobre la naturaleza”, declaró Francisco Corrales, padre del ecólogo que ante el éxito que tenía en Facebook acababa de abrir su canal en YouTube y su cuenta en Instagram.
De acuerdo a los especialistas de la zona, se presume que Moyo fue mordido por el reptil, un accidente común de aquella zona es pisar por accidente a las serpientes y así sufrir un ataque inesperado del animal. Ante esto, él mismo habría matado al reptil para luego tomarlo en su mano, intentando salir de la montaña en búsqueda de ayuda, llevando cadáver del animal con él para así facilitar la labor de los médicos. Todavía se esperan los resultados de la autopsia para confirmar lo ocurrido.
La terciopelo (Bothrops asper) es la serpiente que más envenenamientos produce en Costa Rica. Es considerada la serpiente más peligrosa del país, responsable del 46 por ciento de todas las mordeduras y el 30 por ciento de todos los casos hospitalizados. Esta especie es fácilmente irritable y tiene la reputación de ser agresiva. Es considerada como más excitable, agresiva e imprevisible. Su gran tamaño y su hábito de levantar la parte superior de su cuerpo puede dar lugar a mordeduras arriba de las rodillas.
Los síntomas de mordedura incluyen dolor, supuración de las heridas punzantes, inflamación local que puede aumentar durante 36 horas, moretones que se extienden desde el lugar de la mordedura, ampollas, entumecimiento, fiebre leve, dolor de cabeza, sangrado de la nariz y las encías, hemoptisis, hemorragia gastrointestinal, hematuria, hipotensión, náuseas, vómitos, alteración de la conciencia y sensibilidad del bazo. En los casos no tratados, con frecuencia se produce necrosis local que puede requerir la amputación.
En los casos que terminaron con la muerte de las víctimas los fallecimientos se produjeron por septicemia, hemorragia intracraneal, Insuficiencia renal aguda con hiperpotasemia y acidosis metabólica y choque hemorrágico.
Esta no era la primera vez que “Moyo” se había enfrentado al ataque de una serpiente; según sus amigos, lo habrían mordido unas cinco: una oropel y 4 terciopelos. En varias de estas ocasiones había estado al borde de la muerte. Sus familiares expresaron que su deseo era que su cuerpo fuese cremado y sus cenizas esparcidas en el bosque donde murió.