Las quejas de fuegos artificiales están en auge en la ciudad de Nueva York.
Se registraron 1,737 llamadas sobre ellos con 311 en la primera mitad de junio, que es más de 80 veces la cantidad en el mismo período del año pasado.
Brooklyn ha tenido más quejas que cualquier otro municipio.
El presidente del condado, Eric Adams, no quiere ver que los intentos de poner fin a los fuegos artificiales se conviertan en “fuegos artificiales entre la policía y la comunidad”.
“Es hora de que todos los que llaman al 311, que no quieran vigilancia policial, es hora de salir de sus hogares y hablar con los jóvenes o las personas en su cuadra que están prendiendo fuegos artificiales”, dijo el domingo.
Adams se hizo eco de los mismos sentimientos el lunes en una entrevista en el PIX11 Morning News, diciendo que la gente no debería llamar al 911 para reportar incidentes de fuegos artificiales, y en cambio cree que los grupos comunitarios deberían unirse para abordar este tipo de problemas.
Hartos, cansados ??o simplemente fascinados, algunos recurren a las redes sociales para hacer alguna forma de la misma pregunta: ¿Qué pasa con los fuegos artificiales?
Algunos sospechan que pueden ser muestras de apoyo a los manifestantes tras la muerte de George Floyd.
Otros se preguntan si son simplemente una forma de desahogarse después de quedar atrapados dentro de las restricciones de coronavirus.