El teólogo evangelista Lazarus Chakwera, de 55 años y líder desde 2013 del opositor Partido del Congreso de Malaui (MCP), ha sido elegido jefe de Estado de Malaui, tras vencer en unos comicios históricos al hasta ahora presidente de esta pequeña nación, Peter Mutharika.
“Gracias, mi señor Jesús”, publicó esta madrugada en su cuenta de Twitter Chakwera, poco después de que la Comisión Electoral de Malaui (MEC) diera a conocer su victoria con un 58,57 % de los votos y comenzaran las celebraciones callejeras en la capital de Lilongüe.
Unas elecciones inauditas ya que tuvieron que ser repetidas el pasado 23 de junio, después de que la Justicia anulase por irregularidades las ocurridas en mayo de 2019, negase la supuesta victoria de Mutharika con un 38,57 % de los votos y otorgase un plazo de 150 días para una segunda y creíble cita electoral.
“Si la Corte así lo determinara, ¿por qué no?”, aseguró con su elocuencia consabida el entonces candidato opositor en una entrevista a la BBC África sobre la posibilidad real de que el Constitucional revocara los resultados electorales; algo que hasta entonces solo había sucedido en Kenia con los comicios de 2017.
“Puede parecer poco realista, pero si no luchamos nosotros por los malauíes nunca sabrán realmente qué sucedió. (Y) eso es algo bastante difícil de digerir”, continuó Chakwera quien, entre otras irregularidades, denunció el uso de típex por miembros del anterior Comité Electoral a fin de alterar los votos.
EXLÍDER RELIGIOSO
Antes de su abrupta entrada en política, Chakwera, conocido entre los suyos como “Doctor Laz”, dirigió durante nada menos que 24 años el brazo nacional de la organización pentecostal Iglesia de las Asambleas de Dios, con más de 67 millones de seguidores en diversos países de todo el mundo.
“Anuncié mi retiro al frente de la Iglesia para poder optar con agilidad a la Presidencia del MCP”, reveló públicamente en mayo de 2013, según declaraciones recogidas por el medio local Nyasa Times, en las que recalcaba que ello no significaba que abandonase el mandato de Dios.
“Siempre he ejercido como político siendo predicador, organizador, agitador social y persona que trabaja con los otros”, añadió Chakwera, dispuesto a seguir sirviendo en otros “ministerios de Dios” fuera de la Iglesia pentecostal.
Y un año después, tras reformular y tomar las riendas del MCP -partido que pese a impulsar la independencia de Malaui del Reino Unido vio su imagen denostada tras la dictadura de partido único de Hastings Kamuzu Banda (1964-1994)- quedó segundo en las elecciones de 2014 con solo 450.000 votos de diferencia respecto a Mutharika.
Y aunque ya en esa ocasión alegó fraude en los resultados, no ha sido hasta junio de 2020 -y tras una repetición electoral- que este predicador reconvertido ha logrado hacerse con el poder en Malaui; uno de los países más empobrecidos del mundo con más de la mitad de sus 18 millones de habitantes en el umbral de la pobreza.
PONER FIN AL HAMBRE
Nacido a las afueras de la actual capital de Malaui, Lilongüe, en el seno de una familia campesina dedicada a la agricultura de subsistencia, las máximas de su corto recorrido político han sido garantizar “tres comidas al día” entre los millones de malauíes más necesitados y modernizar el sector agrícola.
Estas promesas, junto a la creación de un millón de puestos de empleos en un año, le reportaron el apoyo de una población joven desencantada con la Administración del gobernante Partido Demócrata Progresista (DPP), salpicado por escándalos de corrupción y de soborno.
Además, Chakwera se comprometió también a aumentar el salario mínimo nacional, acabar con las divisiones tribales que todavía pesan y polarizan cada cita electoral y luchar contra los altos niveles de pobreza y desarrollo.
“Mi bisabuelo era evangelista, así como mi abuelo, así que supongo que lo llevamos en la sangre”, explica a Efe el reverendo Nicky, primogénito de Chakwera y quien continuó su pasión religiosa.
“Es un hombre muy generoso. Le he visto dar y volver a dar a la gente de a pie, algo que me ha impactado profundamente”, agregó el joven pastor, en las manos de cuyo padre se encuentra el futuro de una nación en la que, por ejemplo, solo el 11 % de la población cuenta con energía eléctrica.
EFE