La situación es complicada. Tenemos una carga mental que pesa sobre nosotros desde marzo”, dice Rémi, médico en un hospital de la Guayana francesa. En este territorio sudamericano, limítrofe con Brasil, el personal de salud tiene claro que la lucha contra el coronavirus será larga.
En este territorio, que cuenta tres hospitales para 300.000 habitantes, el nuevo coronavirus sigue circulando activamente y se espera un pico de la epidemia “entre mediados y finales de julio”, según la ministra encargada de los territorios de Ultramar, Annick Girardin.
Francia, donde la pandemia ha perdido terreno tras haber dejado cerca de 30.000 muertos, hizo un llamado a voluntarios para ayudar en Guayana.
En 15 días, el CHC de Cayena, el hospital de referencia, pasó de 59 a 127 pacientes con covid, y de 11 a 20 en cuidados intensivos.
La cifra de muertos se multiplicó por cinco (de tres a quince) y se superó el martes el umbral de 4.000 casos.
“En junio hubo un aumento del número de casos y por el momento estamos haciendo lo mejor que podemos”, comenta el médico de 30 años, que fue enviado la víspera para evacuar a Martinica o Guadalupe a los pacientes que tienen enfermedades distintas al coronavirus.
“Lo que es cierto es que nuestro sistema hospitalario no está en su mejor momento”, estima Rémi. “El mayor problema en estos momentos es el manejo del cansancio y la capacidad de abrir nuestras camas en buenas condiciones y a tiempo”, añade.
– “Tapar huecos” –
En 2017, la Guayana fue escenario de una ola de protestas que paralizaron todo el territorio durante varias semanas.
Los manifestantes exigían al gobierno francés más inversiones y servicios públicos, sobre todo en el ámbito de la salud.
Tras las protestas, los hospitales de Cayena, la capital, y de Kourou recibieron decenas de millones de euros para reequilibrar el presupuesto y la tesorería.
Pero tres años después siguen sufriendo de falta de personal, consecuencia de carencia de personal cualificado y de un problema de atractivo.
“Nos proponen hacer horas extras, es así como intentan tapar huecos”, dice un enfermero que no quiere identificarse.
Las autoridades instalaron un hospital de campaña junto al CHC, con una docena de camas, pero varios políticos locales exigen un hospital militar y la llegada de médicos cubanos, como en Martinica, donde la semana pasada arribó una brigada de 15 médicos de la isla para prestar ayuda durante la crisis.
La Guayana Francesa inició el año pasado conversaciones con Cuba para contratar a personal médico, pero aún están inconclusas.
Ante la escasez de brazos, docenas de miembros de la Reserva de Salud, una brigada de profesionales que puede ser movilizada por el ministerio de Salud de Francia para misiones puntuales, ya están desplegados desde hace unas semanas.
Los refuerzos están llegando, “pero se van a necesitar muchos”, advierte un miembro de la dirección del hospital, que habló con la AFP bajo anonimato.
Según Sylvain Aldighieri, gerente de incidente para covid-19 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en estos momentos “los territorios fronterizos de Brasil — el país más golpeado de Sudamérica por la pandemia — con otros países de la parte norte del Amazonas presentan una de las tasas de incidencia más altas de covid”. AFP