República Dominicana celebra el domingo sus elecciones presidenciales más reñidas de los últimos 24 años, en los que elegirá al mandatario que deben enfrentar la crisis sanitaria y económica ocasionada por la pandemia de coronavirus.
Las elecciones presidenciales y legislativas fueron previamente publicadas para el 16 de mayo, pero debido a la emergencia sanitaria fueron pospuestas para el 5 de julio, cuando se espera que acudan a 7,5 millones de dominicanos .
Las autoridades anunciaron protocolos sanitarios y distanciamiento físico durante las votaciones para prevenir más contagios de COVID-19, que ya ha infectado a 35,000 personas y ha provocado unas 800 muertes en el país.
Además de contener el avance de COVID-19, el nuevo gobernante deberá hacer frente a la crisis económica generada por la pandemia, que ha dejado sin empleo a unas 750.000 personas y tiene paralizado al poderoso sector turístico, que genera más el 10 por ciento del PIB de la economía más grande del Caribe insular.
Tras estar en el poder 20 de los últimos 24 años, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) llega a la votación debilitado por disputas internas que derivan en la salida de sus filas del expresidente Leonel Fernández, quien también compite en los comicios.
El PLD eligió al exministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, como su apuesta por la presidencia, mientras que desde la oposición, el postulante del Partido Revolucionario Moderno (PRM) al centroizquierdista Luis Abinader.
Mientras Castillo se promueve como el heredero de las administraciones del PLD, que logra un crecimiento económico del 7% anual en la última década, Abinader insiste en que representa la oportunidad del cambio y trata de capitalizar el descontento popular por la creciente desigualdad.
“No somos una verdadera democracia porque seguimos teniendo hambre de sed y justicia”, dijo Abinader, economista y empresario de 52 años, al cerrar esta semana su campaña electoral.
Según varios sondeos, Abinader ni Castillo cuentan con el apoyo suficiente para lograr el domingo la mayoría absoluta, por lo que sería necesario un balotaje el 26 de julio. El país no ha requerido una segunda vuelta electoral desde 1996.
El expresidente Fernández, quien asegura ser el único aspirante con la experiencia para enfrentar la crisis, ocupa una lejana tercera posición en los sondeos.
Reuters