El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, vetó otros dos artículos de la ley sobre el uso de mascarillas en lugares públicos para enfrentar la pandemia de coronavirus, que ya no es más obligatorio en las hacinadas prisiones del país.
El jefe de estado también suprimió la obligación de que los comercios expongan informaciones sobre el uso correcto de los barbijos, según la nueva versión de la normativa publicada en el Diario Oficial de la Unión (DOU).
Bolsonaro ya había vetado el viernes los artículos de la ley, aprobada por el Congreso, que exigían el uso de mascarillas en comercios, fábricas e iglesias.
Este lunes, la ley redujo aún más su campo de aplicación, al ser suprimido el artículo que preveía el “uso de máscaras de protección individual en establecimientos carcelarios”.
Según el gobierno, corresponderá a los estados y municipios adoptar las medidas preventivas relacionadas con las particularidades de cada sector.
El otro veto abrogó un párrafo que imponía a entidades y establecimientos colocar paneles informativos sobre el uso correcto de las máscaras y sobre el número máximo de personas admitidas en cada local.
Varios estados imponen el uso de mascarillas desde hace varias semanas, para combatir la propagación de la covid-19 que ya provocó casi 65.000 muertes en Brasil.
Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro ha minimizado la enfermedad causada por el coronavirus y participado en varios eventos públicos sin usar mascarilla, además de criticar las medidas de aislamiento social implementadas durante más de tres meses en varios estados.
Una jueza brasileña anuló la semana pasada un fallo que imponía al mandatario de ultraderecha el uso de mascarilla en lugares públicos de Brasilia, por considerarlo innecesario dado que ya es obligatorio en el Distrito Federal.
El sábado, Bolsonaro publicó fotos en las redes sociales en las que se lo ve con el rostro descubierto junto a varios ministros y al embajador de Washington en Brasilia, durante un almuerzo de celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos.
Bolsonaro no infringió la ley dado que se hallaba en una propiedad privada, pero eso no le evitó las críticas de internautas por no dar un buen ejemplo.
AFP