Médicos brasileños y agentes de salud destacados en aldeas de la tierra indígena yanomami descartan la cloroquina como principal herramienta en el combate al nuevo coronavirus en las aldeas aisladas de la región.
La cloroquina, cuya eficacia científica contra la covid-19 no ha sido comprobada científicamente, es defendida por el presidente, Jair Bolsonaro, y recomendada por su Ministerio de Salud incluso en pacientes con síntomas leves.
“No hay un protocolo único, lamentablemente no tenemos un medicamento que podamos afirmar que usaremos sin duda alguna”, explicó a la AFP la doctora Maria Letícia Nascimento, quien formó parte de un operativo de salud interministerial liderado a fines de junio por las Fuerzas Armadas en tres comunidades de la tierra indígena yanomami, en el extremo norte de Brasil.
En las instalaciones militares de la región de Surucucu, enclavada en la Amazonía y a casi 300 km de la capital de Roraima, Boa Vista, Nascimento aplicó durante el operativo decenas de exámenes rápidos.
En quince minutos, unos diez jóvenes se sometieron al pinchazo. Otros miraban curiosos por las rendijas de la ventana del pequeño cuarto donde los médicos, cubiertos con delantales, guantes, máscaras y viseras, recogían las muestras.
En la región de Surucucu, las mujeres visten ornamentos tradicionales fucsia y cargan a sus bebés con intrincadas cintas que les permiten mantener los brazos libres. Trazos rojo oscuro, hechos con achiote, una semilla, estampan sus rostros, adornados también con flores, hojas y piercings de finos palitos de madera.
Alrededor es sólo verde y azul, un horizonte de selva y cielo. El sol abrasa.
Las autoridades llevaron 82.000 comprimidos de cloroquina a dos Distritos Sanitarios Especiales Indígenas (Dsei) del estado de Roraima, estructuras que atienden a los indígenas en las aldeas, en donde también la medicina es utilizada para combatir la malaria. “La cloroquina está en la región hace más de 50 años”, respondió a las críticas sobre el envío el portavoz del ministerio de la Defensa, vicealmirante Carlos Chagas.
Enviaron también máscaras, guantes, antibióticos, exámenes, corticoides y antigripales. Los insumos deben atender a unos 75.000 indígenas en las tierras Yanomami y Raposa Serra do Sol, ambas en el norte, en la frontera con Venezuela.
“Quedó a criterio médico pero la indicación es que la cloroquina sea usada en casos más graves, con asistencia hospitalaria. Aquí en las aldeas lo que usaríamos sería azitromicina, anti-fiebre y jarabe”, dijo Giovani Carvalho, agente de salud en la región de Auaris, al noroeste de Surucucu.
En ambas comunidades, los protocolos no han sido accionados puesto que no se ha registrado aún un caso positivo. Según números oficiales, hay 186 casos de contagio entre los yanomami, la mayoría en la ciudad, y cuatro óbitos. Otros tres están bajo sospecha. AFP