La región española de Extremadura, en el Oeste de España y fronteriza con Portugal, se unió este viernes a las de Cataluña y a Baleares en la obligatoriedad de llevar mascarillas en los espacios públicos, como una manera de controlar la expansión de brotes de coronavirus.
España registra un total de 73 brotes de COVID-19, repartidos por toda España, aunque los que más preocupan son los de la provincia catalana de Lleida (noreste), la comarca gallega de A Mariña (noroeste) y el que se da en la localidad vasca de Ordizia, donde también es obligatorio el uso de mascarillas.
La obligatoriedad de la mascarilla en Extremadura, que tiene registrados cuatro brotes, entrará en vigor a partir de esta medianoche, y al igual que ya han hecho las otras regiones, afectará a todas las personas mayores de 6 años con independencia de que se respete o no la distancia de seguridad.
Según los últimos datos oficiales del Ministerio de Sanidad, en las últimas 24 horas se registraron 241 nuevos contagios, cerca del 70 % de ellos asintomáticos, y solo hubo un fallecido por coronavirus.
La mayoría de los brotes en España están vinculados a fiestas, reuniones y situaciones de ocio en los que no se han respetado las medidas de seguridad, además de la situación generada en Lleida por los trabajadores agrícolas temporeros.
Desde que España puso fin a las limitaciones de la movilidad el pasado 21 de junio, las autoridades sanitarias están advirtiendo del riesgo de rebrotes, ante la mezcla de poblaciones de distintas procedencias e insisten en que es fundamental el uso de la mascarilla, mantener una mínima distancia personal de metro y medio y mantener el lavado frecuente de manos.
La principal preocupación en estos momentos es que los brotes no desemboquen en una transmisión comunitaria descontrolada del virus, después de que España haya registrado 28.401 fallecimientos y 253.056 casos registrados desde el comienzo de la pandemia.
EFE