La tarde del 26 de septiembre de 2017, los habitantes de Jamundí, en el Valle del Cauca, quedaron estupefactos al conocer que sicarios en moto asesinaron al exfutbolista y entrenador Jair Abonía.
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Abonía, en ese momento de 53 años, se encontraba en una cancha de fútbol donde entrenaba a un grupo de niños. Eran las 3:30 p. m. cuando el sicario se bajó de la moto, le disparó y se dio a la huida. En ese proceso se resbala y cae al piso. El casco se le sale y varias personas ven la cara del hombre que disparó contra el entrenador.
Abonía inició su vida profesional en 1986, en Cúcuta Deportivo, y militó en equipos como Millonarios, el Once Caldas y Trujillanos, equipo venezolano. Y en varias ocasiones hizo parte de la Selección Colombia.
La hipótesis del crimen por parte de las autoridades giró en torno a que Abonía se negó a pagar una extorsión —para usar la cancha de fútbol— de una red que delinquía en Jamundí.
Esa teoría tomó fuerza en medio de una operación adelantada por el Gaula de la Policía en octubre de 2017, que logró la captura de 9 personas que integraban una red de sicarios y extorsionistas que se hacía llamar ‘los Bocachico’.
Entre los capturados se encontraba Víctor Manuel Castaño Agudelo, alias Empanadita, quien de acuerdo a la investigación adelantada era quien iba conduciendo la moto el día que fue asesinado el deportista.
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