La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó un nuevo informe especial titulado Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones. El documento refleja las implicaciones de la COVID-19 sobre la economía en Latinoamérica.
Por José Rivas / correodelcaroni.com
El informe no profundiza tanto en la situación venezolana, pero estima una caída del producto interno bruto de un 26%. Aunque las cifras de los otros países de la región son negativas, ninguno alcanza números tan graves como en Venezuela. Perú es quien tiene la segunda caída más grande, pero esta es de un 13%, mientras que Argentina, Colombia y Chile no alcanzan una reducción del 10%.
La comisión calculó que la tasa de desempleo en la región se ubique en alrededor del 13,5% al cierre de 2020, un incremento de 5,4% respecto del valor registrado para el año 2019 que era de 8,1%.
Números peores
Estos son números no alejados de la realidad venezolana, la cual desde 2013 a 2019 tuvo una reducción de un 70% del PIB. Ahora, cuatro meses después del primer contagio de COVID, los números siguen en picada. El economista y director de Capital Market Finance Jesús Casique calcula -a diferencia de la Cepal- que la caída del PIB podría estar en un 30%.
De continuar la pandemia, el economista estima que en el sector manufactura podría estar cerrando entre 800 y 1100 empresas para este año. “Prácticamente retrocedimos al año 53”, señaló. De acuerdo con el economista en el año 1954 este sector representaba 2.564 empresas, mientras que en 2019 se cerró con 2.849 empresas.
“Venezuela no está atravesando recesión económica, Venezuela está atravesando depresión económica”, señaló Casique. Calcula que para noviembre en el país supere a Ucrania con 35 meses en hiperinflación continua y habría que esperar a enero para saber si se detiene la cifra.
Manifestó que la hiperinflación subyace por la financiación de empresas del Estado. “Ahí está la maquinita del Banco Central de Venezuela, aunque a un ritmo menor, continúa la maquinita monetizando déficit fiscales, continúa financiando a Pdvsa”, indicó.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) para finales de año calculaba para Venezuela una hiperinflación para cierre de año de un 15.000%. Casique prevé una cifra levemente inferior, aunque advierte que es difícil establecer proyecciones en una economía tan volátil.
Señaló que, aunque la inflación se ha controlado porque el gasto fiscal ha disminuido, la situación económica empeorará en los últimos tres meses del año con el pago de bonos, de utilidades, de un posible incremento salarial y las elecciones parlamentarias que significan un gasto importante para el Gobierno nacional.
Expresó que debería haber un plan para disminuir la inflación, estableciendo políticas fiscales, cambiarias y monetarias razonables, pero considera que en el gobierno solo hay interés por elecciones parlamentarias.
Remesas
Por el cierre de las empresas y el aumento en los niveles de desempleo La Cepal evalúa que habrá una reducción de las remesas en comparación con años anteriores.
Casique calcula que en Venezuela alrededor de un 30% de la población depende de remesas de familiares en el exterior, pero la COVID-19 también afectó esto. De acuerdo con el economista antes de la pandemia las remesas se estimaban para el año 2020 en un total de 4.200 millones de dólares, pero bajo estas circunstancias se calcula que se cierre con 2.500 millones de dólares.
Las personas que recibían estas remesas, indicó, para poder sortear la crisis van a tener que empezar a trabajar en la informalidad para generar ingresos adicionales.
La Cepal proyectó que el número de personas en situación de pobreza se incrementará de 185,5 millones en 2019 a 230,9 millones en 2020, un 37,3% de la población latinoamericana. Estimaron que el número de personas en situación de pobreza extrema se incrementaría de 67,7 millones en 2019 a 96,2 millones de personas en 2020, un 15,5% del total de la población.
En la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) correspondiente al período noviembre de 2019 y marzo de 2020 se detalló que 96,2%, de los venezolanos vive en pobreza total, mientras 79,3% viven bajo pobreza extrema, lo que no permite siquiera costear la canasta básica de alimentos.
Pese a las constantes recomendaciones que han efectuado los economistas el gobierno no ha aplicado medidas que permitan a los ciudadanos recuperar su poder adquisitivo. La COVID-19 sigue escalando en el número de contagiados, las empresas siguen trabajando a menos de un 40% de su capacidad, las personas están quedando sin percibir ingresos y la única respuesta del Estado son bonos que aumentan la inflación pero no superan los cinco dólares mensuales.
S2000471_es by La Patilla on Scribd