El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió hoy a la milicia chií libanesa Hizbulá de que “está jugando con fuego”, tras el incidente de esta tarde en la frontera por un intento de infiltración que el grupo negó poco después.
Israel abrió fuego contra lo que aseguró que era un “comando del grupo terrorista Hizbulá” que intentaba entrar en el país y que este respondió con disparos, lo que activó la alerta de seguridad en la zona fronteriza.
El grupo chií libanés había amenazado con vengar la muerte de uno de sus miembros en un ataque en Damasco la semana pasada, atribuido a Israel.
Sin embargo, la milicia chií libanesa desmintió que se hubiera producido un “enfrentamiento o tiroteo”, acusó a las autoridades israelíes de una acción unilateral y avisó de que la venganza “está definitivamente en camino”.
“Israel está más decidido que nunca a evitar cualquier daño a su soberanía, soldados y civiles”, advirtió el titular de Defensa, Beny Gantz, en una comparecencia conjunta con Netanyahu tras el incidente.
Israel responsabiliza a Hizbulá y a el Líbano de toda acción que llega del país vecino y Netanyahu advirtió de que “todo ataque será respondido con gran fuerza”.
El Ejército israelí interviene intermitentemente en Siria contra objetivos militares de Hizbulá y de grupos armados proiraníes, que respaldan al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
En uno de la semana pasada, atribuido a Israel, murieron cinco combatientes, uno de ellos miembro del grupo chií libanés.
El jefe de Gobierno israelí aseguró hoy que continuarán oponiéndose a “los intentos de Irán de establecer una base militar en la región” y culpó a Hasán Nasralá, el líder de Hizbulá, de “estar implicando a Líbano por Irán”.
EFE