La ciencia y la tecnología “creaba” los “medios” para ejecutar y ser vencedor en la guerra, hasta que en 1945, apareció el terrorífico “hongo atómico” y ni hablar de lo que se ha avanzado en capacidad destructiva, sin límites de tiempo ni espacio.
La humanidad caníbal terminó por “crear” la posibilidad técnica de suicidarse toda ella y destruir su “hogar terrícola”. El apocalipsis, juicio final, fin de los tiempos, ya no va a depender de Dios, sino de nosotros mismos y el drama es que no lo hemos entendido todavía. La Tierra es una sola, la humanidad una sola y con una enorme y rica variedad de culturas, pero es indispensable para proteger el futuro de todos, en las mejores condiciones posibles, cambiar de una filosofía o cultura de la muerte a una filosofía o cultura de la vida. Eros o Thanatos. Hermanos-enemigos o humanos en fraternidad y paz. Tolstoy fue soldado y conoció la guerra, pero terminó siendo un militante de la paz e influyó incluso en Gandhi y en otros muchos, que entendieron la exigencia ética y la obligación moral de convertirnos en “constructores de paz”.