Brian Hook, enviado especial del Departamento de Estado para Irán y uno de los pocos funcionarios de seguridad nacional que sobrevivió a la agitación en el equipo de política exterior durante la mayor parte del mandato del presidente Trump, planea anunciar el jueves que renunciará a su cargo.
Por David E. Sanger y Michael Crowley || The New York Times
La partida del Sr. Hook, de 52 años, parece enterrar cualquier posibilidad restante de una iniciativa diplomática con Irán antes del final del mandato de Trump. En los cuatro años durante los cuales el Sr. Hook se convirtió en el rostro de las sanciones de los Estados Unidos contra Teherán, el Sr. Hook también ofreció la posibilidad de reanudar las conversaciones directas, como lo había hecho la administración Obama.
Pero para los iraníes, y para algunos de sus críticos en Europa y en sus hogares, el Sr. Hook fue simplemente un defensor de una política destinada a romper el país y obligarlo a la mesa para renegociar un acuerdo que habían alcanzado y cumplido, con la administración de Obama en 2015.
El Sr. Hook será sucedido por Elliott Abrams, un veterano conservador de política exterior e intransigente de Irán que actualmente es el representante especial del Departamento de Estado para Venezuela.
“Nunca hay un buen momento para irse”, dijo Hook en una entrevista, porque la confrontación con Irán se había convertido en una serie perpetua de provocaciones, respuestas y esfuerzos para cambiar el comportamiento de Teherán.
Se marcha con su objetivo principal aún escurridizo. La decisión de Trump de salir del acuerdo nuclear con Irán no ha obligado al gobierno iraní a cambiar su conducta, pero sí llevó a un esfuerzo público para reconstituir sus instalaciones de producción nuclear. Hook insistió en que con más tiempo, la devastación económica de Irán, en gran parte debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos impuestas después de que Trump abandonó el acuerdo nuclear del presidente Barack Obama, obligaría al país a renunciar a toda su capacidad para enriquecer el combustible nuclear.
“A veces es el viaje y a veces es el destino”, dijo Hook en la entrevista el miércoles. “En el caso de nuestra estrategia de Irán, son ambos. Nos gustaría un nuevo acuerdo con el régimen. Pero mientras tanto, nuestra presión ha colapsado sus finanzas “.
“En casi todas las métricas, el régimen y sus representantes terroristas son más débiles que hace tres años y medio”, agregó. “Con trato o sin trato, hemos tenido mucho éxito”.
Muchos no están de acuerdo, incluyendo a Wendy Sherman, la ex número 3 del Departamento de Estado y la negociadora principal del acuerdo de Irán con Obama. La Sra. Sherman, en respuesta a una presentación del Sr. Hook en el Foro de Seguridad de Aspen el miércoles, calificó el enfoque de la administración hacia Irán “todas las tácticas, ninguna estrategia”.
Su queja, a veces escuchada también por funcionarios de carrera dentro del Departamento de Estado, es que el enfoque de sanciones es una forma de mendigar al país, pero no de promover reformas o construir una relación.
El senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur y asesor habitual de Trump sobre política exterior, elogió a Hook al tiempo que reconoció que “la ventana de un reemplazo” para el acuerdo nuclear “probablemente se está cerrando antes de las elecciones”. Añadió, sin embargo, que “después de las elecciones, es una propuesta de ganar-ganar”.
Graham dijo que Hook había hecho “un trabajo excelente” al construir alianzas de Estados Unidos contra Irán con estados árabes en el Golfo Pérsico.
“Era una mano firme en aguas agitadas”, dijo, y agregó: “Es un sobreviviente, eso no es poca cosa en el mundo de Trump”.
Un debate suave con títulos en filosofía y derecho que fomentó las relaciones en la Casa Blanca, en todo el mundo y con la prensa, la actitud moderada y las inclinaciones políticas de Hook parecían estar fuera de sintonía con las tensiones de ” América Primero ” de la administración Trump. Fue más un retroceso a la era de George W. Bush, cuando comenzó su carrera en la diplomacia.
Admirador, amigo y discípulo de William F. Buckley, autor conservador y comentarista de televisión, ocupó varios cargos en la administración de Bush, incluso como asesor del embajador de Estados Unidos en las Naciones Unidas, John R. Bolton , con quien luego chocaría con la política de Irán. También siguió enseñando en la Universidad de Duke durante su mandato, y dijo que continuaría en ese papel.
Hook se unió a la administración Trump a principios de 2017, bajo el Secretario de Estado Rex Tillerson, como director de la oficina de planificación de políticas del Departamento de Estado. El Sr. Tillerson le dio a esa oficina una mayor influencia sobre todas las iniciativas del departamento, y el Sr. Hook se convirtió en uno de sus asesores más cercanos.
Fue el Sr. Tillerson quien le presentó a Jared Kushner, el yerno y asesor principal del presidente. La Casa Blanca en ese momento no tenía, en esencia, ninguna política exterior, solo una serie de declaraciones del Sr. Trump. Kushner dijo en una entrevista el miércoles que Hook “nos ayudó a desarrollar un acercamiento al mundo que ahora estamos ejecutando”.
“Brian fue el compañero de viaje que pudo ayudar a guiar algunas reuniones muy fluidas con líderes extranjeros”, entregando actualizaciones sobre Irán al rey Salman de Arabia Saudita, entre otros. Y fue Hook quien tuvo la idea de que se enviaran publicaciones de Twitter desde la cuenta de Trump en farsi, para dirigirse a los iraníes.
Tenía sus críticos dentro del Departamento de Estado, que lo veían como un jugador político. En noviembre pasado, un informe del inspector general del Departamento de Estado descubrió que a principios de 2017, Hook desempeñó un papel en la reasignación de un funcionario de carrera no partidista en su oficina después de que los conservadores la acusaron de simpatía hacia Obama y el acuerdo nuclear con Irán. El Sr. Hook negó cualquier motivación política en la reasignación.
Su historial de éxito diplomático fue mixto. Mientras Trump amenazaba con desechar el acuerdo con Irán en 2018, Hook se reunió regularmente con funcionarios de Europa occidental en un esfuerzo inútil por convencerlos, especialmente a los alemanes, de reabrir el acuerdo y endurecer sus términos. El esfuerzo fracasó, y la decisión de Trump de salir del acuerdo llevó a una disputa con las potencias europeas, Rusia y China sobre la política de Irán que se mantuvo hasta nuestros días.
Fue uno de los pocos empleados principales del departamento que sobrevivió a la transición después de que el Sr. Tillerson fuera derrocado y reemplazado por Mike Pompeo, entonces director de la CIA. El Sr. Pompeo le dio al Sr. Hook el archivo de Irán a tiempo completo, un trabajo que persiguió obstinadamente, incluso cuando le envió personalmente un correo electrónico al capitán de un petrolero iraní que transportaba petróleo a Siria en violación de las sanciones de Estados Unidos, ofreciéndole millones de dólares si puso a prueba el barco en manos de un aliado de los Estados Unidos. (No funcionó)
El jueves, Pompeo dijo que Hook había “logrado resultados históricos contrarrestando el régimen iraní” y ganando la liberación de dos cautivos estadounidenses en poder de Irán, Michael White y Xiyue Wang.
“Ha sido un asesor de confianza para mí y un buen amigo”, agregó el Sr. Pompeo.