La vida de opulencia y privilegios terminó para Ghislaine Maxwell. La socialité británica, acusada de reclutar a cientos de jóvenes en beneficio del financista Jeffrey Epstein, pasó de las lujosas mansiones a una austera celda en una prisión en Nueva York, donde ha sido “tratada menos favorablemente que un detenido preventivo típico” con vigilancia las 24 horas y con un protocolo especial para evitar suicidios.
Por infobae.com
Los abogados de Ghislaine Maxwell entregaron una carta, en poder de Fox News, al juez federal asignado al caso para que se ofrezca un trato diferente a su clienta.
Los defensores argumentaron que la heredera británica padece desde hace más de un mes por las medidas implementadas por el personal carcelario, influenciado por el suicidio que cometió el también empresario en julio de 2019, cuando estuvo preso en una celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, también ubicada en Nueva York.
En dicho documento constata que Maxwell está “sujeta a protocolos de vigilancia de suicidio… como despertarse cada pocas horas durante la noche y ser obligada a usar ropa especial”.
Los abogados recalcaron que su clienta no necesita de estas medidas porque no tiene conductas suicidas, pero a pesar de este detalles, el personal del Centro Correccional Metropolitano en Brooklyn (MCC Brooklyn, por sus siglas en inglés) la ha mantenido aislada por casi 36 días.
De esta manera, en la carta se solicita que este confinamiento sea eliminado y sea incluida con la población general para que pueda “de manera significativa participar en su propia defensa“.
Pero además de la interrupción de su sueño y la ropa especial, Ghislaine Maxwell debe ser vigilada de manera extrema durante las 24 horas del día por cámaras de seguridad, revisadas por “varios guardias de la prisión, muchos de los cuales no parecen ser personal regular del MCC”.
“Estos guardias de la prisión observan constantemente a la Sra. Maxwell y toman notas de todas sus actividades, incluidas sus conversaciones telefónicas con el abogado defensor”, se lee en la carta presentada ante el juez en Brooklyn.
En el texto también se explica que ha sido violado el derecho a la Sexta Enmienda de la acusada de colaborar en una extensa red de trata de personas, quien también ha estado “detenida en condiciones excepcionalmente onerosas”.
La ex pareja de Jeffrey Epstein fue detenida el mes pasado por la justicia norteamericana bajo los cargos de abuso sexual y tráfico de menores. Específicamente fue acusada de conspiración para contratar menores para viajar y participar en actos sexuales ilegales, un cargo de encierro de un menor para participar en actos sexuales ilegales, un cargo de conspiración para transportar menores con intención de participar en actividades sexuales criminales y dos cargos de perjurio.
Si bien la defensa pidió libertad bajo fianza a la espera del juicio (que se realizaría el año próximo), la fiscalía alertó de un extremo riesgo de fuga y la fianza le fue negada. Hoy Maxwell se encuentra detenida en el Centro Correccional Metropolitano de Detención en Brooklyn, probablemente el lugar más inhóspito en el que estuvo toda su vida.
Es considerada una de las más grandes y seguras de EEUU, pero también es una de las que cuenta con peor reputación. Encierra a un total de 1,541 reclusos, entre hombres y mujeres.
Como parte de las medidas de vigilancia para impedir que la británica termine con su vida, los oficiales penitenciarios la obligaron a quitarse la ropa, y le entregaron una vestimenta de papel. Además, le retiraron las sábanas de su celda, le asignaron una compañera y se aseguraron de que siempre esté acompañada tras las rejas.
En declaraciones a la agencia Reuters, el ex director del reclusorio, Cameron Lindsay, explicó que la experiencia que vivirá Maxwell será realmente dura. Aunque el hecho de tener un compañero de celda minimiza el riesgo de suicidio, algunas presas podrían intentar atacar a la británica para ganar cierto respeto.