Es axiomático que las elecciones a la asamblea nacional no tienen las garantías exigidas por el G4, no son competitivas. Además, CNE no genera la confianza necesaria, es decir no se considera un árbitro neutral por su mayoría chavista en el cuerpo rectores, los principales partidos políticos nacionales fueron judicialmente intervenidos, en el tablero político electoral el gobierno escoge cuales organizaciones políticas pueden participar o no, para nadie es un secreto que todo el evento electoral estaría apuntalado estratégicamente por los recursos humanos y económicos del Estado Venezolano. Toda esta situación lleva a la oposición a tomar una postura en contra de su participación. Tiene toda una lógica comprensiva el no llamar a votar en los comicios parlamentarios de 6D.
Para el grupo opositor representado por la Mesa de Diálogo Nacional, tiene una mirada diferente y su criterio gravita en el análisis concreto en que llamar a la abstención o no participar en las elecciones de la Asamblea Nacional es contra producente y hasta antipolitico desde el punto de vista constitucional y democrático. Este grupo opositor piensan que hay que participar y dar la pelea en todos los contextos electorales, conscientes del adversario político sumado a los diversos entramados para ganar y menos que el gobierno lo va a complacer con todas las exigencias para competir en elecciones limpias o transparentes sino porque creen que en esa elección de 6D es una oportunidad para construir una gran movilización parecida a la vivida en días pasado en Bielorrusia con las elecciones presidenciales que obligó al gobierno continuar con su históricas trampas electorales. En el caso venezolano ese día 6D para la MDN pudiese ser el reinicio de una lucha con viejos u nuevos actores, configurándose la nueva oposición política. Es relevante precisar según la narrativa del MDN, este grupo aspira ser la nueva oposición y sacar al G4 por forfeit para ocupar el puesto reservado a la oposición partidista en el país.
Ahora bien, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) advierte que el llamado a la abstención que hace un grupo significativo de partidos de oposición “hará crecer la fractura político – social en el país y la desesperanza ante el futuro”.
La Conferencia Episcopal Venezolana también recuerda que la abstención que lidero un sector mayoritario de la oposición, en las elecciones parlamentarias de diciembre 2005, no tuvo ningún resultado positivo, sino todo lo contrario. En los comicios parlamentarios 2025 el chavismo obtuvo la mayoría legislativa y con este resultado derivo en el cambió del sistema electoral venezolano y pudo construir un mayor control en el CNE y en el Poder Judicial del país. En el comunicado enfatiza la histórica vocación democrática de los venezolanos que asumen la vía electoral “como la manera pacífica y racional de establecer una ruta política consensuada e inclusiva”.
¿Qué pasaría el día después de las elecciones 7 diciembre 2020? Seguramente, ese día será un día más, los venezolanos en su dinámica de vida, agotados, sometido a un control social, esperando cuando le cae un bono, desesperanzados, violentos de acción y verbo, incrédulo… ¿El venezolano emocionalmente secuestrado por el gobierno, atrapado en su laberinto existencial humano? Deberá seguir esperando…
Ese dilema histórico entre votar y no votar en una elección no democrática, en el caso venezolano, parece una disyuntiva compleja porque la oposición en este momento se encuentra en una situación existencial abstracta como proyecto político alternativo. Sin embargo, las declaraciones de Guaidó pone sobre la mesa una nueva discusión y análisis según su declaratoria: “El 6 de Enero espero estar en Miraflores” … si existe un plan estratégico para lograr el objetivo del cambio político, es positivo. Es ganar / ganar. Ganaría un país sumergido en la miseria y se reivindicaría la clase política opositora.
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