La palabra «sexting» procede de usar las palabras inglesas «sex» (sexo) y «texting» (enviar mensajes) y consiste en enviar mensajes con contenido erótico a través de dispositivos tecnológicos de manera voluntaria. Pueden ser fotos, mensajes , audios o vídeos y puede hacerse por medio de redes sociales, correo electrónico o cualquier otra herramienta de comunicación desarrollada para estos dispositivos digitales.
Por abc.es
Parece algo novedoso y es fácil encontrar titulares que lo relacionan con su peligrosidad, todo ello relacionado con la posibilidad del anonimato o la suplantación de identidad, el sencillo acceso de los menores o la gran capacidad de difusión. Sin embargo, los mensajes eróticos en texto o en imagen no son un descubrimiento de la era digital. En el siglo XIX existen numerosas muestras de correspondencia erótica firmada por autores tan reconocidos como Flauvert, Mary Shelley o James Joyce.
Cuando las relaciones son a distancia, el «sexting» se convierte en una opción para mantener encendido el fuego de la pasión como en su tiempo lo fueron las cartas. La diferencia es que se ha perdido el juego y los preliminares por denominarlos de algún modo. La posibilidad de hacer fotografías y videos y la cultura de la inmediatez en la que vivimos hace que esta práctica se haya convertido en algo directo dejando poco espacio a la imaginación.
España se posiciona como uno de los países en los que más se practica el «sexting», extendido igualitariamente entre hombres y mujeres en el caso de mensajes, sin embargo, en el caso de las fotografías, los hombres son mucho más activos que las mujeres. Mientras entre ellos cuatro de cada cinco se han hecho fotos de contenido erótico para enviar por aplicaciones digitales, en el caso de ellas son una de cada cuatro las que se lanzan a enviar fotos íntimas de contenido sexual. Se utiliza tanto para ligar como para tener aventuras y se hace habitualmente desde casa, aunque también hay quien manda mensajes subidos de tono mientras hace la compra o en el gimnasio.
Riesgos del «sexting»
Extorsión: La facilidad con la que se pueden difundir estos mensajes hace que personas que reciben este contenido erótico en un momento de intimidad puedan amenazar con reenviarlo a cambio de dinero o de seguir recibiéndolo tras una ruptura.
Viralización: Son mucho los casos que se han conocido de personas cuyos mensajes privados han sido difundidos públicamente con trágicas consecuencias. La difusión de este contenido constituye un delito.
Edad: los menores de edad y los adolescentes se introducen en el mundo del sexo a través de las redes sociales construyéndose una imagen distorsionada de la sexualidad y asumiendo riesgos innecesarios.
Suplantación de identidad: En las aplicaciones y en las redes sociales es muy fácil hacerse pasar por menores o por otras personas lo que es uno de los principales riesgos ya que se puede enviar información íntima a desconocidos.
Pero no todo lo que rodea al «sexting» es negativo. Entre adultos, mejora la satisfacción sexual de la pareja y estimula el juego erótico y la salida de la temida rutina.
Beneficios
Los mensajes cargados de erotismo pueden funcionar como liberadores del estrés
Puede mejorar la relación de confianza entre la pareja y el vínculo.
Favorece la desinhibición
Puede funcionar como parte de los preliminares
Mantienen el sexo en la relaciones a pesar de la distancia
Mejora el buen humor