La opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya exhortó el miércoles a los países europeos a rechazar los resultados de las elecciones presidenciales “fraudulentas” del 9 de agosto, antes de una reunión en Bruselas en la que se podrían ampliar las sanciones contra responsables del régimen de Alexander Lukashenko.
Declarado ganador con más del 80% de los votos, Lukashenko, en el poder desde 1994, se enfrenta a manifestaciones masivas y a un movimiento de huelga en las industrias cruciales de la economía bielorrusa. El mandatario también está siendo criticado en el extranjero.
En un mensaje dirigido al Consejo de Europa desde Lituania, donde se refugió el 11 de agosto, Svetlana Tijanóvskaya instó a rechazar las elecciones, que no fueron ni “justas ni transparentes”, y cuyos resultados “fueron falsificados”.
“La gente, que salió a defender su voto en las calles de sus ciudades en toda Bielorrusia, ha sido brutalmente golpeada, encarcelada y torturada por el régimen que se aferra desesperadamente al poder”, afirmó la opositora.
“Lukashenko perdió toda su legitimidad a ojos de nuestra nación y del mundo”, declaró Tijanóvskaya en un video en inglés difundido en YouTube.
Profesora de inglés de formación y sin experiencia política, Svetlana Tijanóvskaya, de 37 años, dio un vuelco a la campaña presidencial en Bielorrusia al congregar a multitudes en sus mítines y conseguir el apoyo de otros opositores. Reivindica la victoria en los comicios y denuncia fraudes.
Esta mujer reemplazó a su marido, Serguéi Tijanovski, un conocido bloguero que fue detenido en mayo tras presentar su candidatura en estas presidenciales.
Tijanovski está acusado de “turbar el orden público” y puede ser condenado a varios años de prisión.
La Unión Europea celebra este miércoles una cumbre extraordinaria para analizar la crisis en Bielorrusia, en la que se podría decidir ampliar a otros responsables bielorrusos las sanciones que se impusieron la semana pasada tras la represión de las manifestaciones.
Los dirigentes europeos pidieron el martes al presidente ruso, Vladimir Putin, que presione a Lukashenko, del que es un aliado clave, con vista a favorecer un diálogo con la oposición.
La canciller alemana, Angela Merkel, señaló que el régimen bielorruso debe “renunciar a la violencia”, y el presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamado para “favorecer el apaciguamiento y el diálogo”.
Hasta ahora, el mandatario ruso ha aportado un tímido apoyo a su vecino y ha advertido contra cualquier “intento de injerencia extranjera”.
– “Transición pacífica del poder” –
Desde los comicios del 9 de agosto, la oposición sale a la calle cada día. El fin de semana pasado, organizó la mayor manifestación de la historia del país, con 100.000 participantes.
También ha convocado un movimiento de huelga, seguido en varias industrias clave de la economía del país, como el productor de potasio Belaruskali o el fabricante de vehículos pesados MZKT, donde Lukashenko fue abucheado el lunes durante su visita.
El miércoles por la mañana, decenas de manifestantes brindaron su apoyo a los huelguistas de las minas de Soligorsk, al sur de Minsk.
La víspera, miles de personas se congregaron en el centro de la capital con banderas rojas y blancas, los colores de la oposición.
Tras la elección presidencial, cuatro protestas fueron duramente reprimidas por la policía, en las que murieron al menos dos personas y decenas resultaron heridas. Más de 6.700 personas fueron detenidas, algunas de las cuales afirmaron que habían sido golpeadas y torturadas.
Según Svetlana Tijanóvskaya, la oposición ha formado un “consejo de coordinación” para “facilitar la transición pacífica del poder mediante el diálogo”.
Este órgano “convocará inmediatamente nuevas elecciones presidenciales justas y democráticas bajo supervisión internacional”, dijo la opositora.
Por su parte, Alexander Lukashenko rechazó este “consejo de coordinación” y acusó a la oposición de querer “hacerse con el poder”.
AFP