El Gobierno griego condenó este viernes la decisión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de convertir en mezquita otra antigua basílica bizantina de Estambul, la iglesia de Chora, apenas unas semanas después de hacer lo mismo con la famosa Santa Sofía.
La decisión actual de las autoridades turcas es un “nuevo desafío” contra los creyentes en todo el mundo y la comunidad internacional, que respeta los monumentos de la civilización humana, señaló el ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.
Después de Santa Sofía y, a pesar de las reacciones que provocó en todo el mundo, Turquía está violando nuevamente sus obligaciones internacionales con los lugares calificados como Patrimonio Mundial de la UNESCO ubicados en su territorio, añadió el ministerio.
El Gobierno de Atenas instó a Turquía a cumplir con estos compromisos y volver a los cánones del siglo XXI, el respeto mutuo, el diálogo y el entendimiento entre las culturas.
La basílica de Chora, construida en el siglo VI, fue convertida en “mezquita de Kariye” en 1511, años después de la conquista de Constantinopla por los otomanos, y mantuvo su estatus hasta 1945, cuando un decreto ministerial la convirtió en un museo.
La iglesia tiene numerosos frescos y mosaicos del siglo XIV y está considerada como uno de los mejores ejemplos de arte bizantino.
Tras su apertura como museo, el edificio pasó por un largo proceso de restauración para dejar al descubierto los frescos y mosaicos, cubiertos con yeso durante su uso como mezquita.
En noviembre de 2019 el principal tribunal administrativo del país allanó el camino para convertir la basílica en mezquita, al dictaminar que la decisión del gobierno de convertir el edificio en museo era ilegal y violaba un decreto otomano que lo designaba como centro de culto musulmán.
EFE