El ex ejecutivo de Emprofac, una empresa estatal de productos farmacéuticos, Gil Évora, negó hoy que estuviera en Venezuela, en una misión de gobierno, y mucho menos en algún palacio presidencial. También niega haber tenido algún contacto con Nicolás Maduro.
Por anacao.cv
Traducción libre del portugués por lapatilla.com
“No hicimos ninguna misión a instancias de ningún gobierno, ni fuimos emisarios de nadie. Tampoco estábamos en ningún palacio presidencial, por lo que no contactamos a ningún presidente, y mucho menos a entidades gubernamentales de otro país. En este sentido, es globalmente falso hablar de mítines políticos, etc., y queremos refutarlos por completo porque solo sirven para alimentar el deleite de algunos que quieren que nos involucremos a la fuerza en alguna trama de la que no somos ni queremos formar parte”, explicó Gil Évora, en un comunicado que llegó a la redacción de A Naçao, en su nombre y en el de Carlos dos Anjos.
Dicho comunicado garantiza que Gil Évora viajó a España, por invitación de una consultora caboverdiana en el ámbito de la aviación civil, que también presta servicios al grupo jurídico de Alex Saab desde junio.
La consultoría de la empresa caboverdiana dal servicio del grupo de abogados de Alex Saab, dice el comunicado, es “para conocer y establecer mejor los procedimientos para la obtención de las autorizaciones para la realización de los vuelos y obtención de las visas de entrada en Cabo Verde, así como otros aspectos logísticos ante la imperiosa necesidad de que el grupo viaje a nuestro país ”.
Según el documento, desde junio “esta empresa caboverdiana viene abordando estos temas de forma legal y transparente, como atestiguan las notas intercambiadas con instituciones caboverdianas vinculadas a los aspectos logísticos de los que hablamos”.
En este contexto, Gil Évora garantiza que “el viaje, por el que ahora corre tanta tinta, resultó de una invitación hecha por el grupo de abogados a una reunión para planificar y programar vuelos y visados ??programados para los meses de septiembre y octubre a la Isla de Sal”.
Fue en este sentido, según aclara, “que esta misión estaba programada para San Vicente y las Granadinas donde realmente viajábamos, misión financiada íntegramente por el grupo de abogados que se ofrecieron voluntarios para asumir los gastos de viaje en un jet privado español desde La Coruña, teniendo en cuenta cuenta la falta de conexión en la mayoría de vuelos comerciales”.
Estas islas se encuentran en el Caribe y son antiguas colonias inglesas.
El propósito de este viaje, explica, “era y fue, solo comercial, y el resto son invenciones sin fundamento”, argumenta.
Y continúa, “aceptamos una invitación y, estando en el puesto de PCA en Emprofac, optamos por solicitar vacaciones, exactamente para evitar colisiones o superposiciones de cualquier cosa”.
“Naturalmente, en este sentido, el gobierno tiene una comprensión diferente de cómo, aunque estemos de vacaciones, estaremos ejerciendo funciones de gestión pública. No necesariamente tenemos la misma interpretación, principalmente sobre la necesidad de justificar u obtener el consentimiento previo sobre la organización de las vacaciones personales de los servidores públicos. En cualquier caso, este no parece ser el momento de explicar las razones sobre este tema”, afirmó el comunicado.
En el documento Gil Évora dice que “hoy, mirando hacia atrás, nos damos cuenta de que fuimos vinculados a un gran torbellino de juegos de interés entre países y entidades que nada tienen que ver con las causas que defendemos”.
“De un viaje puramente comercial, algunos querían derivar dividendos políticos, geoestratégicos, y solo arrojar confusión”, explica.
En conclusión, Gil Évora asegura que él y Carlos dos Anjos somos “absolutamente conscientes de que no ha pasado nada en este desplazamiento y asumimos plenamente todas las responsabilidades y todas las consecuencias de dicho desplazamiento”.
Sin embargo, confiesan que “teníamos la creencia previa de que esta misión, transparente y seria, podía desencadenar este efecto dominó y ser utilizada de manera tan injusta para otros fines, que no lo hubiéramos hecho”.
El pasado viernes el Gobierno destituyó a Gil Évora de sus funciones en el Consejo de Administración de Emprofac.
El gobierno justifica en el mismo comunicado, la destitución “como consecuencia de la infracción de los deberes inherentes al administrador público y desvío del objeto de las funciones”.
En un comunicado anterior, el Gobierno de Cabo Verde ya había desmentido tal noticia, garantizando que no envió “a nadie” a Caracas.