Horas después de que un hombre afroamericano fuera baleado hasta siete veces a quemarropa el domingo por la tarde por un oficial de policía en Kerosha, Wisconsin, se desató una noche de protestas y disturbios en la que los agentes dispararon gases lacrimógenos y los manifestantes arrojaron objetos, saquearon tiendas y prendieron fuego a los coches estacionados.
Por: Infobae
Jacob Blake, el hombre que recibió siete disparos el domingo por la tarde, se encuentra en estado grave después de ser trasladado al Hospital Froedtert en Wauwatosa, según el Departamento de Justicia de Wisconsin.
Después del tiroteo, ocurrido a la tarde del domingo, las publicaciones en las redes sociales mostraron a los vecinos reunidos en las calles gritando a la policía. Se podía escuchar a algunos coreando las consignas “no hay justicia, no hay paz”, “¡No puedo respirar!” “¡Así es como luce la democracia!”, mientras que otros parecían arrojar objetos a los agentes y dañar vehículos policiales.
Ya entrada la noche, en una escena que reflejó las protestas generalizadas por los disparos policiales de George Floyd, Breonna Taylor y otras personas afroamericanas, los manifestantes se dirigieron al Edificio de Seguridad Pública del Condado de Kenosha, que alberga a la policía y los departamentos del alguacil del condado.
Las autoridades bloquearon en su mayoría el edificio, y algunos oficiales se colocaron en el techo mientras los manifestantes marchaban junto a las filas de autos que tocaban la bocina mientras se dirigían al edificio. El edificio fue cerrado el lunes porque había sido dañado, dijeron las autoridades.
Los oficiales con equipo antidisturbios formaron filas y los vehículos SWAT permanecieron en las calles para alejar a las personas de los edificios de la ciudad a pesar de la declaración de un toque de queda durante la noche.
Las fuerzas de seguridad utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes después de que dispararan lo que aparentemente eran fuegos artificiales, según reportaron medios locales.
El diario local Journal Times escribió que los manifestantes también arrojaron piedras y ladrillos. Además lanzaron al menos un cóctel molotov, provocaron daños a la propiedad y saquearon una tienda Boost Mobile.
Algunos manifestantes también rompieron los cristales de algunos comercios y quemaron vehículos que estaban estacionados en la calle.
Según los informes, un vehículo policial fue “pisoteado” y luego remolcado, mientras un vehículo blindado Bearcat fue dañado.
Un camión municipal de recolección de basuras, colocado para impedir el paso hacia la jefatura de policía, quedó envuelto en llamas mientras la policía disparaba granadas de gas lacrimógeno, muestras las imágenes.
Según un video publicado en las redes, un agente fue golpeado con un ladrillo durante los disturbios.
En tanto, el departamento de Justicia de Wisconsin dijo que su división de investigación criminal está investigando lo ocurrido en el tiroteo.
“Los oficiales involucrados han recibido una baja administrativa”, informó el departamento de Justicia en un comunicado el lunes temprano.
Además, el condado de Kenosha informó hoy que el Edificio de Seguridad Pública y los tribunales de la urbe permanecerán cerrados debido a los daños registrados durante las protestas.
El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, pidió este lunes una “investigación inmediata, completa y transparente” sobre el tiroteo. “Los agentes deben rendir cuentas”, añadió en un comunicado.
La respuesta del presidente Donald Trump a la muerte de Floyd y a las protestas surgidas a raíz de su fallecimiento ha sido duramente criticada por Biden, que este lunes destacó que el país se encuentra en un “punto de inflexión” para acabar con el racismo sistémico en EE.UU.