Rusia afirmó este miércoles en que no se puede afirmar que el opositor Alexéi Navalny haya sido envenenado sin que se haya identificado una sustancia tóxica específica.
“En este momento, estamos en desacuerdo total con las diversas formulaciones precipitadas que se utilizan para afirmar que hay una elevada probabilidad de envenenamiento”, señaló Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin durante un encuentro con la prensa.
“¿Cómo podemos hablar de envenenamiento si no hay veneno?”, añadió.
Los médicos alemanes que tratan en Berlín al opositor anunciaron que había sido intoxicado por “una sustancia del grupo de los inhibidores de la colinesterasa”, pero sin precisar cuál.
Estos productos son susceptibles de ser utilizados, en dosis pequeñas, contra el mal de Alzheimer. Pero, en función de la dosis, pueden ser muy peligrosos y también producir potentes agentes neuro-tóxicos, del tipo del Novichok.
El opositor ruso permanece en estado grave y en coma artificial.
Navalny, de 44 años, que ha destacado particularmente por investigar la corrupción de la élite rusa y en el entorno de Putin, sintió un fuerte malestar la semana pasada cuando viajaba en avión en Siberia.
Su entorno inmediatamente denunció un envenenamiento y batalló para lograr un traslado sanitario a Alemania, sospechando que los médicos rusos trataban de encubrir el caso.
Reaccionando a los llamados occidentales durante tres días para que se abriera una investigación transparente, Peskov juzgó que esto “no es una prerrogativa de la administración presidencial, del Kremlin”, sino de las fuerzas del orden.
La víspera había considerado que en las circunstancias no había razón para iniciar investigaciones.
A su parecer, “tampoco hay razón para que este asunto agrave las tensiones ruso-occidentales”.
En Rusia no se ha abierto ninguna investigación, a pesar de las solicitudes de los familiares de Navalni.
Sin embargo, Peskov, que nunca hace mención públicamente al nombre del opositor, afirmó que Rusia “como todo el mundo tiene un claro interés en comprender qué precipitó al estado de coma al paciente tratado en una clínica berlinesa”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, y el secretario general de la Alianza atlántica, Jens Stoltenberg, son los últimos altos funcionarios occidentales en instar a Rusia a investigar este caso, después que lo hicieran Berlín, París y Washington.
– “Ofrecer su alma” –
En Rusia, Yevgeny Prigozhin, un polémico empresario cercano a Putin, prometió el miércoles “arruinar” a Navalny, en caso de que no muera.
“Si Navalny ofrece su alma a Dios, no tengo la intención de perseguirlo (…) Si vive, deberá responder con absoluto rigor a la ley rusa”, declaró en un comunicado.
Prigozhin, también conocido como el “cocinero de Putin”, ya que su empresa de restauración Concord trabajó para el Kremlin, es sospechoso de estar implicado en una “fábrica de troles” a la que Washington acusa de influir en elecciones y también en el grupo de mercenarios ruso Wagner.
Los próximos a Navalny consideran que su envenenamiento es consecuencia de sus investigaciones sobre el entorno del Kremlin, además de Prigozhin, la familia del primer ministro, Mikjaíl Mishustin, o Margarita Simonian, redactora en jefe de la cadena de televisión pro-Kremlin RT.
Además acusan directamente a Putin, quien “habría autorizado personalmente el envenenamiento”.
Peskov rechazó el martes estas acusaciones. El presidente de la cámara baja del Parlamento, Viasheslav Volodin señaló la víspera un complot extranjero detrás “de lo ocurrido a Navalni (…) una provocación de Alemania y otros países de la UE”.
AFP