Si hay algo que no se discute, es que a Estados Unidos le debemos mucho en la lucha contra el tráfico de droga que opera desde Venezuela. En ese renglón, por las noticias que nos llegan, esta mañana ha aumentado nuestro saldo deudor.
Los despachos noticiosos señalan que la Guardia Costera de ese país decomisó hoy más de 5,2 toneladas de cocaína y 7,7 toneladas de marihuana, cuyo valor se calcula en 228 millones de dólares.
Añaden los reportes que el cuantioso alijo y probablemente también los narcotraficantes capturados se dirigen a Fort Lauderdale, Florida, en EEUU, donde las autoridades militares y el Senador Marcos Rubio darán a conocer todos los detalles de lo incautado durante este nuevo operativo antidrogas realizado en el Mar Caribe.
Llama la atención que los Guardacostas de Estados Unidos desplegados en este operativo, frente a las costas de Venezuela, que han decomisado estos multimillonarios decomisos de drogas, son de color blanco y tienen un aspecto aséptico, como si se tratara de barcos de paseo para turistas, salvo uno que otro cañón o ametralladora de gran potencia que se dejan ver en algunos puntos de la cubierta.
Eso demuestra que ahora no todos los buques de guerra, tienen esa apariencia de mortíferas naves de exterminio ni sus tripulantes caras de asesinos. Lo que sí, es que son muy efectivos para atrapar a narcotraficantes, terroristas, guerrilleros y cuanto bandido ahora se asoma por las paradisíacas aguas del mar Caribe y que han tomado el control del territorio y de las instituciones fundamentales de Venezuela.
Esos blancos y asépticos barcos guardacostas son como los drones del mar, las ondas del ciberespacio y otros artilugios que usan para combatir a los malos, sin necesidad de invasiones, ni movilización de tropas, como las que se hacían antes, en el siglo pasado.