Trataré de contar los detalles del acto médico más esperado por los millones de personas que hoy en el mundo y en mi país están enfermos de COVID-19 (acrónimo anglosajón de coronavirus disease 2019) el alta médica, el fin del aislamiento.
Cuándo puedo ir a mi casa (si estoy internado) y una vez en casa cuándo puedo dejar el aislamiento. Cuándo dejo de contagiar. Cuándo dejo de ser un peligro para los demás. Cuándo puedo volver a trabajar. Estas son las preguntas que nos hicimos y hacemos los que alguna vez fuimos víctimas del coronavirus.
Al comienzo de esta historia allá por el mes de marzo/abril, el alta médica se conseguía sólo después de dos pruebas de RT-PCR negativas. Es decir un paciente debía someterse a 3 (tres) hisopados (nasofaringeo y orofaringeo) en 15 días.
El primero de los tests frente a síntomas característicos de la enfermedad o al ser considerado contacto estrecho (más de 15 minutos a menos de 2 metros de distancia en las últimas 48hs con un caso positivo), el segundo a los 14 días del comienzo de los síntomas o del primer test y el tercero a las 48hs de este último. Solo con dos RT-PCR negativas recibía el alta.
Desde hace aproximadamente 60 días el alta se indica por tiempo, a 10 días del comienzo de los síntomas o del test positivo y ausencia de fiebre por 3 días. Sin hisopado u otros estudios de sangre. Alta por criterios clínicos no de laboratorio.
Por qué el cambio: muchos pacientes tienen test RT-PCR (hisopado) positivos persistentemente, hasta 30 días después del último síntoma y esto no significa tener el virus encima.
En otras palabras, lo que nos queda en la garganta o en la parte más profunda de la nariz es desecho viral, basura viral, basura genómica, fragmentos subgenómicos, así se llaman.
Pedacitos del genoma del virus que no es replicante, es decir no contagia a los demás y que quedan atrapados en nuestro aparato respiratorio superior, encerrados en pequeñas burbujas dentro de nuestras células de la nariz y la garganta y que los anticuerpos no logran destruir.
Nos convertimos en portadores de algo que no enferma a otros, ni a nosotros. No hay casos, hasta ahora, de reinfección certificada vía esos desechos. No replicante significa: que puestos esos fragmentos en un cultivo de tejido celular donde se replican/multiplican los virus esto no ocurre y un virus que no se replica, no contagia.
El coronavirus es muy contagioso desde 3 días antes de la aparición de los síntomas y desde allí va perdiendo esa capacidad hasta desaparecer cerca del día 8/10 en los pacientes con pocos síntomas (fiebre un par de días, tos seca, dolor de garganta pérdida del olfato y del gusto), con buena saturación de oxígeno y sin complicaciones. En el caso de pacientes graves, con síntomas respiratorios (dificultad para respirar-disnea-fiebre sostenida-tos persistente) e imágenes por radiografía o tomografía de pulmón anormal, esto ocurre a los 15 días.
En el caso de los asintomáticos, se considera un período de 10 días como suficiente. Por ende el aislamiento debería durar esos tiempos y no otros, simplemente para no prolongar innecesariamente algo que es tan difícil de sobrellevar y que hoy no tiene utilidad alguna.
En este punto quisiera aprovechar para aclarar algo que en los últimos días, por los dichos de la ministro de Salud del Perú se convirtió en centro de polémica, les aseguro que la capacidad de transmisión del virus de los individuos asintomáticos y presintomáticos está debidamente documentada, no hay duda alguna que lo hacen y quién diga lo contrario no sabe de qué está hablando o está algo confundida como parece estarlo la Sra Ministro.
Claramente el COVID-19 tiene muchas similitudes con su familiar lejano, el virus de la gripe estacional. Contagia antes y durante el período de síntomas, dura 8 días más o menos. La diferencia es que contagia mas gente, complica mas gente, mata más gente y lastima más sistemas y órganos que la gripe, de allí que hoy es un virus pandémico, con 400 millones de casos en el mundo sospechados y con una tasa de letalidad del 3%.
El alta del aislamiento no significa volver al trabajo, el reintegro al trabajo habitual es otro tema muy diferente. Más arriba quedó claro que el aislamiento social tiene fecha de vencimiento y estrategias para lograrlo.
Volver a trabajar contempla otras situaciones que tienen que ver con síntomas residuales, su intensidad y su importancia para el paciente. La tos seca persistente es un claro síntoma residual irritativo de la enfermedad, la astenia (cansancio inexplicable) es quizás el más frecuente de ellos, junto con la pérdida parcial del apetito, del gusto y del olfato.
Bajo ninguna circunstancia estos síntomas implican que el paciente contagia a otros. Su carga viral es tan baja o inexistente que no encierran un riesgo en ese sentido. Ahora se trata del individuo, no de la epidemiología. El regreso al trabajo debería ocurrir cuando esos síntomas desaparezcan o sean absolutamente tolerables y compatibles con lo que hace y eso lo decide cada uno de común acuerdo.
¿Si tuve COVID-19 vale la pena que me haga estudios de sangre para saber si tengo anticuerpos? No, si no hay duda alguna de su diagnóstico y se curó, usted tiene anticuerpos, no se preocupe. Los tests analíticos de sangre no son cuantitativos, solo cualitativos y muestran un tipo de anticuerpos que duran unos meses (3/4) los que nos van a proteger por más tiempo no se miden con los tests habituales.
Estos estudios deberían quedar reservados para estudios epidemiológicos para responder a preguntas como esta por ejemplo: cuánta gente del equipo de salud tuvo contacto con el virus. Cuánta población cursó como asintomática.
Última recomendación. El alta del aislamiento no significa el fin de los cuidados. Ninguno de nosotros recuperados, debe dejar de usar tapabocas, lavado de manos frecuente, uso de alcohol gel y distanciamiento social, solo por precaución, hay diez argumentos contundentes para seguir haciéndolo que en otro artículo le contaré.
Y lo último USTED QUE YA PASÓ POR ESTO, NO SE OLVIDE DE DONAR PLASMA, POR FAVOR.
Claudio Zin es un médico, político y columnista de radio y televisión italiano radicado en Argentina. Fue senador de Italia de 2013 a 2018.
Este artículo fue publicado originalmente en Infobae el 7 de septiembre de 2020