El primer ministro japonés, Shinzo Abe, que está a punto de dejar su puesto la semana próxima por razones de salud, insistió el viernes en la necesidad de que Japón refuerce sus capacidades de defensa antimisiles, sobre todo para contrarrestar la amenaza norcoreana.
“Creo que es necesario reforzar la disuasión y así reducir aún más la posibilidad de un ataque contra Japón con misiles balísticos y otras armas”, declaró Abe en un comunicado.
El gobierno tiene previsto definir la política a seguir en la materia “de aquí a finales de este año”, para responder a los “graves” desafíos de seguridad nacional del país, añadió, citando la amenaza balística y nuclear de Pyongyang.
La reflexión del gobierno se inscribirá en el respeto de la Constitución pacifista japonesa y de las leyes internacionales, aseguró.
“La política japonesa exclusivamente orientada a la defensa no cambiará”, ni la alianza de seguridad con Estados Unidos, precisó.
Sin embargo, la posibilidad de que Japón se dote de armas ofensivas, incluso con fines reivindicados de disuasión y defensa, es objeto de debate en el país.
El partido Komeito, miembro de la coalición gobernante junto con el Partido Demócrata Liberal de Abe, se opone firmemente a la evolución de la defensa del país hacia armas ofensivas.
Sin embargo, el llamado de Abe no tendrá un efecto vinculante para el nuevo gobierno, que se formará la próxima semana tras la elección de un nuevo primer ministro, que todo apunta que será su fiel brazo derecho Yoshihide Suga.
AFP