Gerson Revanales: La gran mentira

Gerson Revanales: La gran mentira

Crónica de una muerte anunciada, la escasez y falta de gasolina es producto de la conversión de una empresa petrolera exitosa, en una empresa roja rojita al servicio de la revolución.

La experiencia vivida durante la IX Cumbre, Iberoamérica en noviembre 1999, por la delegación venezolana; con la asistencia de los Reyes Juan Carlos, Sofía y el Jefe de gobierno español José María Aznar, por cierto aceite y vinagre con el anfitrión caribeño, represento un “Deja Vu” de lo que se avecinaba 

Nunca la delegación venezolana llego a pensar que el encuentro de Chávez con el dictador cubano durante la Cumbre, sería el preludio de una relación enfermiza, un matrimonio con una dictadura sin mayores recursos que unas plantaciones de caña de azúcar y haciendas de tabaco heredadas de la colonia, con un país cuya dote fueron las mayores reservas mundiales de petróleo. No preguntamos ¿Cómo?. La respuesta está a la vista, caminar por las calles de la Habana pasearse por el Vedado el barrio capitalista de la Habana, ir a la heladería Coppelia o a la callejuela de Obispo son la mejor muestra de que el comunismo es fuente de pobreza 





La quiebra de la industria petrolera era la “crónica de una muerte anunciada” de García Márquez, quien profesaba una fascinante admiración por el dictador Castro. Esta sentencia era premonitoria de lo que se nos avecinaba. Ninguna de las pintorescas lectoras de tabaco frente a la catedral de la Habana podía predecir la brujería de los paleros de Castro sobre Venezuela. No hay explicación de cómo un país con los grandes recursos naturales y humanos haya caminado por si solo hacia el infierno de Dante. Venezuela uno de los países más prósperos de la región, con las mayores reservas petroleras del mundo, propietario de una de las grandes redes de estaciones de gasolina en la Costa Este de los EE.UU, con 18 refinerías en el mundo entre ella los EEUU, Cuba, Curazao, Jamaica, Alemania, Reino Unido y Suecia, y seis en el territorio nacional, hoy cuenta apenas cuenta con dos o tres “cafeteras” incapaces de atender la demanda interna de combustible por lo que esta tiene que ser abastecida por una gasolina mala de Irán.

El cuento de que Venezuela está bloqueada, que la falta de medicina, comida; electricidad, etc es un mito, si fuera así no estarían los bodegones abarrotados de Milkyway, Marshmallows o las aceras ocupadas por las 4×4 importadas por enchufados y bolichicos.

A la llegada de Chávez en el 99, la producción se situaba en apx 3.250.000 bpd+/-. Luego del paro petrolero en el 2002  que tumbo la producción por debajo de 800.000 bpd, la producción pudo levantarse a 3.200.000 (2008); al momento de la muerte de Chávez en el 2013, el promedio se situaba en 2.900.000 bpd. Es decir ya presentaba una caída de 300.000 bpd bpd (Rafael Ramírez Nov 2004 — Sep 2014). Las primeras sanciones de Trump son en el 2015, con la imposición de restricciones no petroleras, sino a varios funcionarios en materia de visados, vinculados a violaciones de los DD.HH y corrupción, la producción ese año caía a 2.600.000 bpd, es decir otros 300.000 bpd. (Eulogio del Pino Sep 2014-Agt 2017).

Ya para el 2018, la producción está en 1.400.000 bpd, lo cual significa otra perdida de 1.200.000 bpd en tres años Manuel Quevedo Nov  2017 — Abr 2020. En este año, se endurecen las sanciones, al firmar el presidente Trump una Orden Ejecutiva que impide a los ciudadanos norteamericanos y a las personas dentro de los EE.UU, realizar transacciones de cualquier tipo en moneda digital incluido el Petro; por, para o en nombre del gobierno de Venezuela, delito en que cayó el testaferro Saab. Pero es a finales de enero del 2019, con una producción cercana al 1.000.000 bpd (400.000 bpd menos), cuando el gobierno americano impulsa las primeras sanciones contra PDVSA y el sector energético. (Manuel Quevedo. Nov  2017 — Abr 2020).

Luego el cuento de que no se tiene gasolina como producto de las sanciones Trump es mentira. La producción petrolera ha venido presentando una caída histórica desde el 2008, cuando esta alcanzó un máximo de 3.100 000 bpd; la más alta después del paro petrolero. Tres razones explican esta debacle: la despedida del mejor activo de la empresa, sus  18.000 trabajadores; el paso de 10 presidentes por la industria en 21 años y el desvió de su misión de empresa petrolera hacia otros fines proselitistas y demagógicos como PEDEVAL y Petrocasa

El mes pasado, producto de esa mala gerencia la producción según datos OPEP cayó a su más bajo nivel en casi ocho décadas. Según esta misma fuente, el bombeo de este año en promedio ha sido de 393 000 bpd (Asdrúbal Chávez Abr 2020), cifra un poco superior a la producción en febrero de 1943, cuando la naciente industria petrolera produjo 353.000 bpd. 

En consecuencia, con una producción que ha venido mermando desde el 2008, producto de la politización de la industria, de la mala administración, de decisiones gerenciales equivocadas; de ser fuente de corrupción, de haberle cerrado las puertas a la inversión extranjera y empresas mixtas que trabajaban bajo contratos, mal se puede decir que la caída de la producción y falta de gasolina es producto de las sanciones del catire Trump. La sanciones solo han reducido la producción en 600.000 bpd, el resto de la reducción de 2.200.000 es responsabilidad de Chávez y Maduro. Esta crisis convertida en pandemia responde al cambio de la Misión de la empresa al convertir a la industria en una agencia empleadora roja rojita, no como el régimen pretende hacernos creer